Marcar un número de teléfono en el móvil, responder a una llamada, mandar un whatsApp o simplemente ojear un correo o una entrada en las redes sociales supone apartar la vista de la carretera durante un tiempo, un periodo en el que se circula sin control y en el que pueden surgir un cúmulo de circunstancias que provoquen un siniestro, sobre todo cuanto mayor es la velocidad del vehículo o la intensidad de la circulación. Hoy es una de las principales causas de distracción al volante, que se ha sumado a otras tradicionales como cambiar el canal de radio, manipular el GPS o encender un cigarrillo, por el auge de una telefonía móvil y concretamente de los smartphone que si bien aportan seguridad y protección en momentos de necesidad y urgencia como una colisión o avería, según los estudios de la Dirección General de Tráfico (DGT), multiplican por cuatro el riesgo de sufrir un accidente.

Mientras se habla o se manipula el teléfono se pierde la capacidad de mantener una velocidad constante, de guardar la distancia de seguridad suficiente con el vehículo que circula delante y aumenta considerablemente el tiempo de reacción, entre medio y dos segundos según los reflejos del conductor. De hecho, un estudio reciente del departamento de Óptica de la Universidad de Granada asegura que contestar a un whatsApp dispara en un 134% el riesgo de accidente en las personas mayores de 55 años, sufriendo los de más edad, por tanto, un mayor deterioro del rendimiento y habilidades al volante del que no están exento ni mucho menos los usuarios de menor experiencia.

Móvil y conducción son un binomio letal que pese a los riesgos no ha dejado de crecer en nuestro país, de ahí que se haya convertido en una de las grandes amenazas de la seguridad vial en la actualidad y que se haya hecho necesaria la actualización de la regulación de principios de siglo (Ley 19/2001) con una nueva reforma en ciernes que aumentará la sanción administrativa con la retirada del permiso de conducir de 6 puntos en lugar de 3 como ocurre hoy. También se han intensificado las campañas de la Dirección General de Tráfico y los controles en carretera, además de una mayor disposición de medios aéreos y drones, que irá acompañada de un trabajo normativo para endurecer las sanciones penales a los reincidentes.

La conducción con el teléfono móvil multiplica por cuatro el riesgo de accidente

El jefe provincial de Tráfico de Almería, José María Méndez, argumenta que el 70% de los accidentes mortales en las carreteras convencionales tienen su origen en las salidas de vía que normalmente van precedidas de velocidad excesiva, distracciones o de ambas a la vez, siendo el teléfono una de las principales causas de los despistes al volante. Según apuntó el director general de la DGT, Pere Navarro, durante la presentación de la campaña “Si conduces, no chatees” de la Fundación Comisariado Europeo del Automóvil (CEA), las distracciones por el uso del móvil están en el origen del 30% de los accidentes con víctimas mortales.

Y es que uno de cada tres conductores admite haber telefoneado y/o leído o escrito un mensaje durante la conducción en el último año, de ahí la preocupación de las administraciones competentes, así como del propio fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, que ha enviado a fiscales y policías de tráfico las pautas para que, en la investigación de siniestros en los que se sospeche ha intervenido la distracción por uso del móvil, se pueda solicitar autorización judicial para acceder a las comunicaciones e historial del dispositivo telefónico de las personas implicadas. 

El conductor tiene el deber de guardar “atención exclusiva a la conducción” y la hoja de ruta de la DGT pasa por una mayor vigilancia de unas distracciones que son causa de la tercera parte de los accidentes mortales. En la provincia de Almería han sido 'cazados' haciendo uso de los móviles, ya sea hablando o tecleando (WhatsApp, Instagram, YouTube...), desde que entrara en vigor el permiso por puntos en el verano de 2006 nada menos que 28.184 conductores. Es la tercera infracción más frecuente sólo por detrás de no respetar los límites de velocidad y no usar cinturón o sistemas de retención infantil. Durante los diez primeros años del permiso por puntos han sido 12,3 millones de sanciones en España que han supuesto la pérdida de 37,9 millones de puntos.

Más del 20% de conductores andaluces confiesa consultar redes sociales mientras circula

La evolución de los sancionados en los últimos años es dispar, si bien en los dos últimos ha crecido la cifra de conductores que se han tenido que enfrentar a la pérdida de tres puntos (en breve serán 6) y a una multa de 200 euros que se puede rebajar a la mitad con pago en periodo voluntario. En 2019, a falta del último mes, ya son 2.005 conductores frente a los 1.990 que fueron sancionados el pasado año por el uso inadecuado del móvil que, según algunos estudios, podría ser equiparable a la conducción con exceso de alcohol. En 2017 fueron 1.720 los almerienses sancionados, 2.329 en 2016, 3.200 en 2015, 3.080 en 2014 y 2.753 en 2013. En la última campaña de vigilancia de la Dirección General de Tráfico, a finales de septiembre, fueron controlados 6.108 vehículos y se formularon 142 denuncias de las que 45 corresponden a los que fueron sorprendidos con el móvil y otras 27 por alcoholemia.

Más de 135.000 puntos fueron detraídos de los carnés de conducir de los almerienses entre julio de 2006 hasta finales de 2017. Y el desgaste del crédito será mayor en los próximos años cuando sean seis puntos los que se pierdan cada vez que sea pillado un conductor con el teléfono al ser identificada esta práctica, en base a unos preocupantes datos estadísticos, como una de las más reprochables en materia de seguridad vial por los riesgos que conlleva. Según un estudio de Movistar y Gonvarri la escala de peligrosidad al volante con el móvil estaría encabezada por escribir mensajes de texto o whatsApp, leer noticias o buscar información, hacer fotos o grabar vídeos, leer la mensajería instantánea, hablar por el teléfono con el manos libres, consultar el GPS e ir seleccionando música.

La responsabilidad siempre es del sancionado, si bien un informe reciente de BP, Castrol y RACE se hace especial hincapié en que un 61% de los andaluces consultados realizaron llamadas sabiendo que la otra persona iba conduciendo y otro 69% le hizo llegar un mensaje. Y en el último estudio de la Fundación Línea Directa se recoge que más del 5% de conductores se ha hecho un selfie al volante. Una situación para reflexionar porque  la penetración de los smartphones es cada vez mayor en la población y en el coche hay que ponerle freno.