Coronavirus Almería

Las que más saben de confinamiento aconsejan a la población en esta época de reclutamiento

  • Las monjas de clausura de la ciudad aconsejan crear una rutina diaria durante el tiempo que dure esta crisis sanitaria

  • "Hay que confiar en el Señor, rezarle mucho y ponernos bajo su amparo, Él nos ha salvado de otras pandemias y crisis a lo largo de los siglos"

Esclavas de Almería, ante el Santísimo.

Esclavas de Almería, ante el Santísimo. / D. A.

A las once esclavas del Santísimo Sacramento no las ha pillado desprevenidas esta situación de crisis sanitaria mundial. Las monjas de esta orden viven permanentemente entre cuatro paredes sin apenas contacto con el exterior, en un régimen de confinamiento similar al del decreto del estado de alarma: solo salen si tienen que ir al médico, a hacer algún trámite que lo justifique o a comprar.

Con esto, realmente la vida ha cambiado poco para ellas en estos días de reclutamiento obligado. Sin embargo, si han modificado pequeñas rutinas diarias como aumentar sus rezos, o tocar las campanas. 

De ello nos habla Mercedes Mora, madre Superiora de la Esclavas del Santísimo de la ciudad de Almería. "Hemos comenzado los ejercicios espirituales ahora que hay más paz y silencio que nunca, sin tanto bullicio y sin tanta gente", indica en primera instancia a este rotativo. "Estoy convencida de que esto lo superaremos. Todo se pasa, durante siglos, siempre hemos superado pandemias peores porque el Señor ha estado con nosotros. Ahora también lo estará", reconoce con voz esperanzadora la Madre superiora, a lo que añade que "el Señor ha querido esto en nuestras vidas. El rumbo lo lleva él, nosotros somos sus criaturas. Es él el que tiene providencia con el hombre y el que cuida de todos los seres".

Preguntada por qué consejos le daría a la población en esta época de reclusión obligada y merced a que son ellas quienes más entienden la misma, la madre Mercedes indica: "Pido que no temamos, que confiemos en Dios. Si le rezamos, él nos ayudará a salir de esta". Además, para este tiempo de confinamiento obligado, la hermana indica que "es tiempo para estar con la familia, de disfrutar de ella. De dejar esa rutina diaria que nos tiene 'locos' y pasar tiempo con nuestros seres queridos. De querer a nuestros padres, familiares y amigos. Ahora es tiempo para eso". Mi consejo, junto a esto, es que "lean buenos libros, que jueguen con los niños pequeños, que tengan confianza también en la Virgen y que miren esta época con paz y con serenidad, que al final todo acaba como siempre". Con respecto a esto, recuerda esta esclava del Santísimo,  "una persona me llamó la pasada semana para decirme que ella y toda su familia se habían ido al cortijo a pasar este reclutamiento y me decía que estaba encantad. Que disfrutaban todos juntos en familia y encima tenían espacio de sobra, al contrario que un piso".

Junto a esto, la madre superiora incide en que que lo mejor para llevar este confinamiento es "tener una rutina diaria para llevarlo lo mejor posible. Es tiempo para hacer limpieza, para ordenar todo, para pasar tiempo en la cocina preparando distintas recetes...pero recomendamos que todo ello se haga con una rutina diaria y cumpliendo unos horarios. Así será más llevadero este confinamiento".

Referente a eso, estas esclavas del Santísimo saben lo que es tener dicha rutina. "Nosotras nos levantamos a las 06:25. A las 07:00 damos las campanadas y pasamos hora y media en la iglesia. Hasta las 08:30 estamos allí, momento en el que vamos a desayunar no sin antes rezar un Rosario para pedir que quite esta pandemia. Desde las 09:00 hasta las 13:00 estamos con distintas labores y luego vamos a comer. De 14:00 a 15:00 horas tenemos recreo, que es el único momento del día en el que hablamos, y luego seguimos con el trabajo hasta las 18:00 horas. A las 18:00 rezamos las vísperas y luego el Rosario, tras lo cual tomamos la cena. Tenemos recreo de 20:15 a 21:15 y a las 22:00 nos vamos a dormir. Eso sí, en ningún momento dejamos al Santísimo solo durante esta pandemia. Hacemos turnos de media hora para que en todo momento esté une esclava ante el Señor para rezarle". 

Con todo lo expuesto anteriormente, la Madre Mercedes comenta que "ahora más que nunca hay que rezar por toda la humanidad. Nosotras rezamos por todos vosotros, no solo por no nosotras ya que nuestra vida es dedicada a Dios en nombre de ustedes".  La esclava, recuerda por último, que su vida no ha cambiado. "Yo sigo haciendo la compra cuando nos hace falta, aunque a este respecto tengo que decir que mucha gente nos presta su ayuda para colaborar con nosotros e incluso traernos comida, a los cuales agradecemos enormemente. Estamos provistas de todo, la verdad, y solo nos queda dar las gracias por ello. Por ahora, gracias a Dios, no hay ninguna hermana enferma. Además, cada mañana yo atiendo a una persona sin recursos que acude a nosotras para pedirnos para comer, y eso lo seguimos haciendo a pesar de esta crisis".

"Esperamos que tras esto salgan vocaciones nuevas que quieran ponerse al servicio del Señor, en el cual confiamos y el cual es nuestra mayor felicidad", finaliza la superiora de las Esclavas.

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