Este es un café distinto. La primera razón porque el único que tomó café fui yo. La segunda razón porque el objetivo principal de la reunión, dejando al margen los hechos de pasar un buen rato y enriquecernos, no era hablar de la UAL. Ya es difícil eso en una reunión con profesores. Y la tercera razón, porque “la verdadera razón” era hablar de sus actividades allende nuestras fronteras, puesto que “ambos trabajan juntos en las labores que llevan a cabo en Mozambique y en Perú, sobre temas relacionados con la agricultura en ambos países”. Desvelado el misterio.
Así que no hablamos de Derecho Civil, que es el campo profesional de Mª. José, ni de Edafología, que es el de Fernando. No hablar de Civil, lo disculpo fácilmente, pero no hablar de suelos, si que lo siento, pues es mi afición y entretenimiento desde hace años, y hago una salvedad: no me dedico a pasear por el campo. “La relación con Mozambique arrancó en 2010, a partir de un proyecto de la Agencia Española de Cooperación, en el que se conocieron Mª. José y el mozambiqueño Eduardo Chizame, siendo miembros los dos de la Unión Mundial de Analistas Universitarios – Redes de Profesores de Derecho Agrario del Mundo”.
Desde el principio, Mª. José y Fernando “han trabajado juntos, pues los objetivos de los proyectos versan sobre Agricultura: Economía, Derecho y Técnología. Hubo un primer proyecto en Mozambique con las Facultades de Derecho, Economía y Agronomía. Y posteriormente, cuando ya tenían aprobado otro proyecto para el 2008/13, por mor de la crisis del 2008, les cortaron los fondos y por si esto fuera poco, a uno de los profesores mozambiqueños lo mataron. Tienen esperanza de retomar los fondos retirados”.
“En el caso de Mozambique, las tierras son propiedad del Estado, y a los agricultores les dan una concesión para el uso de las tierras, pero no su propiedad. Por otra parte, China está desplazando a los mozambiqueños en la obtención de tierras para cultivo”.
Llegados a este punto, me insisten en que “los agricultores tienen muchos problemas legales para la obtención de tierras de cultivo y es un país en el que cambiar las costumbres es lento”. De los comentarios que me hacen al respecto, intuyo que allí se cumple el dicho de que si quieres que un problema no se solucione, crea una comisión para resolverlo.
Otra circunstancia que frena el desarrollo de la agricultura “son los problemas de las mujeres para incorporarse al trabajo agrícola profesionalmente. Crear mujeres profesionales de la Agricultura llevará muchos años”.
“Bananalândia Group, es el mayor productor y exportador de bananas de Mozambique. Recientemente ha inaugurado un campo de 900 hectáreas en la provincia de Maputo, al Sur del país.
Maputo en particular, ha experimentado en los últimos 20 años un sustancial aumento de las inversions en producción de frutas, mayormente en bananas: produce alrededor de 250.000 toneladas, y ocupan una superficie de alrededor de 5,140 hectáreas. De éstas, 4,719 hectáreas están en manos de empresas comerciales privadas y el resto en manos de pequeños productores y explotaciones familiaresCuriosamente, a pesar de las tierras con vida tan rica que tienen, “no hacen nada de cultivo ecológico, pues prefieren ir a Sudáfrica a comprar fitosanitarios: son solamente 400 o 500 km de distancia”.
Y en cuanto a los insumos de maquinaria, lo que me contaron me recordó lo que ocurría en Cuba. “Ellos piden máquinas, pero repuestos no llegan. Por lo tanto, cuando, por ejemplo, una bomba se avería, la dejan para ir sacando piezas de recambio para las otras bombas del mismo lote”.
“Están promocionando el turismo, y la inversión extranjera es alta. De hecho, la U.E. tiene a Mozambique como uno de los 10 países receptores de fondos europeos. España coopera a través de la AECID: Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo”.
“En Ecuador, que tiene una situación social, económica y de conocimiento semejantes a Mozambique, las ayudas españolas están canalizadas a través de la AACID: Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo y están destinadas a las comunidades indígenas, fundamentalmente”.
Lógicamente puedo usar el tópico de que “se quedan muchas palabras en el tintero”. Lo más satisfactorio, conocer un matrimonio que utiliza sus posibilidades de conocimiento, culturales, humanitarias, para colaborar con gentes de allende nuestras fronteras, para que puedan tener un presente digno y un futuro prometedor. Ni toda la agricultura es igual en todas partes, ni todas las posibilidades son las mismas para todo el mundo. A Mª. José y Fernando, mi agradecimiento por su tiempo y por mostrar que, como en casi todas partes: en la UAL también hay “gente pa tó”. Pues eso, que cunda el ejemplo.
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