El tráfico de drogas es una preocupación cada vez mayor en Turre. Por ello, actuaciones como la última desarrollada de forma conjunta por la Policía Local y la Guardia Civil, que ha conllevado la detención de cuatro miembros de un clan familiar y la aprehensión de más de 50 kilos de marihuana ya secada y dispuesta para su venta, son de vital importancia.

Según han informado fuentes cercanas a la investigación a este periódico, fue hace aproximadamente un mes y medio cuando agentes de la Policía Local, que realizaban una patrulla por las afueras de Turre, detectaron movimientos extraños en una vivienda de planta baja próxima al camino de la Nava.

Los policías vieron, entre otros, cómo se introducía en el domicilio un gran número de maceteros y en vigilancias posteriores comprobaron que procedía del inmueble un fuerte olor a marihuana, así como que en una de las ventanas se habían instalado varios extractores. Por ello, de forma discreta continuó este dispositivo para reunir diferentes pruebas con las que poder solicitar un registro.

Con todos los datos e imágenes recopilados, la Policía Local contactó con la Policía Judicial del cuartel de la Guardia Civil de Garrucha. Tras varias reuniones, se solicitó a un Juzgado de Instrucción de Vera la autorización para llevar a cabo una entrada y registro, que finalmente fue concedida gracias a la información recopilada por los agentes turreros.

Así las cosas, el pasado 30 de marzo unos 15 agentes de la Policía Local, la Policía Judicial de Garrucha y de la Usecic (Unidad de Seguridad Ciudadana) de la Guardia Civil accedieron a la vivienda, deteniendo a las cuatro personas que había en su interior. Se trata de una mujer y el padre, el tío y la pareja sentimental de ésta, según han precisado las fuentes consultadas.

En el registro se encontraron una gran cantidad de marihuana ya cortada en un secadero. Los agentes recuperaron dos sacos de 25 kilos y un bote de cristal de esta sustancia, pero también una pistola de aire comprimido, un rifle y una escopeta manipulada, además de focos, ventiladores, extractores y otros materiales utilizados en la plantación.

Los cuatro detenidos fueron puestos a disposición judicial acusados de delitos contra la salud pública, tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas y defraudación de fluido eléctrico, ya que también fueron localizados los habituales enganches a la red eléctrica que alimentan la maquinaria necesaria para el cultivo en interior de la marihuana.

Es la primera vez que un juez autoriza una entrada y registro de este tipo gracias al trabajo de la Policía Local de Turre, que además de su investigación ha aportado a este operativo la labor de la perra de la Unidad Canina aprobada por el Ayuntamiento hace apenas unas semanas. El animal fue utilizado para intentar detectar algún otro tipo de droga diferente a la marihuana, si bien en este caso no había otros estupefacientes.