Almería

Siete disparatadas escenas de hotel

  • Botavara celebró la segunda parte de una obra que triunfó el año pasado en Ejido Hotel · Las historias, mucho más surrealistas

El mejor remedio contra los problemas es una buena dosis de risas y es lo que se produjo con la representación de Escenas de Hotel II a cargo de la compañía Botavara en las habitaciones de Ejido Hotel. Seguidores fanáticos de una estrella del pop, la inesperada elección de un alcalde y unas limpiadoras venidas a más fueron algunas de las historias que lograron sacar las carcajadas entre los asistentes.

Antes de comenzar a recorrer las habitaciones de la primera planta de Ejido Hotel, los asistentes se encontraban en el vestíbulo esperando órdenes para organizarse. En siete grupos de 11 personas cada uno se repartió el público. La encargada de preparar los primeros pasos de la representación fue su autora y directora Mónica López.

Ya en la primera planta, el público se disponía a buscar la primera habitación para disfrutar de una noche plagada de momentos inolvidables. Los actores que dieron vida a cada escena fueron Carmelo Aguilera, Estela Aguilera, Macarena Aguilera, Carlos Balaguer, María José Baños, María del Mar Delgado, Tania Gaitán, Gema Gómez, Martina Jiménez, Inma Jiménez, Charo Jiménez, Sergio Martín, Sergio Martos, Montse Pastor, Gloria Ramírez, José A. Rodríguez Quero, Miguel A. Santiago, Sheila Rivas, Jairo Rovira, Enrique Usoz y Pedro Vera. También participaron en la organización de la obra Sergio Alonso, Mafal Fall, Miriam Magán, Paco Domingo Mateo y Nieves Palmero.

Cada grupo empezaba por una habitación y de forma simultánea se estaban representando las siete escenas que se interpretarían otras siete veces más.

La ruta dependía del grupo y, en esta ocasión, Diario de Almería comenzó por la Habitación 101 y la historia Es él. En esta historia, un grupo de seguidores fanáticos de David Bisbal se colaba en la habitación de hotel del cantantes para oler su ropa, conseguir algún objeto de valor y poder verlo en persona. Primero, entraron los fan jóvenes, después treparon las madres al cuarto que, aunque no lo reconocían, eran mucho más fanáticas del artista almeriense que sus hijos. Mientras el cantante, se duchaba una de las madres entraba al baño y con la idea de quedarse en la habitación a solas, aseguró que el que se encontraba era Santiago Segura. Todo una trampa para quedarse con él a solas.

Tras este encuentro con el famoso, tocó la habitación 116 con la obra Viaje organizado. Cuando una persona viaja y cae enferma, pueden suceder múltiples situaciones. Desde que tu acompañante se quede contigo cuidándote hasta que pase de ti y disfrute todo lo que pueda y más de lo que ofrece ese destino turístico. Una mujer agonizando y un marido egoísta y dicharachero consiguieron hacer reír a los presentes con sus estados anímicos tan contrapuestos.

Mientras el grupo se dirigía a la habitación 120, la obra Jacinto y Germán comenzaba con uno de los actores en el pasillo. Llamando a su compañero que estaba dentro del cuarto, el público que se encontraba fuera comenzó a imaginar lo que podría estar pasando en su interior. Pero nada más lejos de la realidad, cuando ya abrió la puerta, un hombre con gafas de culo de vaso y la cara con mascarilla verde estaba dedicado íntegramente a su salud y belleza. La cama llena de potingues y su compañero indignado por su comportamiento obsesivo. Un vecino de habitación que se quejaba del ruido compartió trucos de belleza nada más pisar ese improvisado salón de belleza.

Al llegar a la habitación 104, Consagrada es la representación que dio vida a una actriz con años de experiencia que se veía superada por un joven talento, el premio se lo llevaba la última en llegar. La actriz madura realizó un buen monólogo durante bastante parte de la obra, pero los momentos más cómicos fue al llegar su compañera.

La habitación 107 contenía una de las obras que más lágrimas de humor suscitaron entre los asistentes del grupo que acompañaba Diario de Almería. Dos pijas, con abrigos y ropa de marca, hablando del físico del fisioterapeuta y un tono exageradamente burlesco consiguió que el público descargara todas esas ganas de reír con las que llegó esa noche. Las dos actrices hicieron creer que tenían un gran poderío económico, pero nada más lejos de la realidad. El tiempo de estar en la habitación del dúo se acababa y es que no eran dos ricachonas, sino que eran las limpiadoras del hotel. Fuera abrigo, botas y ropa de marca para llegar a tiempo a su trabajo y que nos la pillaran con las manos en la masa. Esta representación fue un acierto vista la buena acogida entre los asistentes.

La espera es la obra de la habitación 118. La elección de un joven alcalde en un partido sin posibilidades y un equipo de campaña que quería hacerle la zancadilla era parte de la trama de esta historia que acabó con el candidato como primer edil y los mafiosos sufrieron un raro accidente. Para finalizar, la habitación 110 contaba la historia Noche de hotel gratis donde una mujer había encontrado una increíble oferta donde la intervención estética incluía una habitación estética y una noche de hospedaje. Al final, el cirujano era excéntrico y fuera de lo común y la paciente al final salió tal y como llegó. Todos los actores fueron aplaudidos en el vestíbulo.

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