Almería

Un ecce homo en Íllar

  • El mural se remonta al siglo XVIII y estaba oculto por el yeso detrás de un armario

  • Artistas se ofrecen para restaurarlo, pero antes se completará la sacristía

En el corazón de la parroquia de Santa Ana en Íllar, un edificio mudéjar con bóveda de madera que fue construido en el siglo XVI, ha aparecido un ecce homo. Un acontecimiento para este pueblo del Andarax, situado junto a una carretera que discurre paralela al río entre Instinción y Bentarique, y que aún no llegando ni al medio millar de vecinos es, en palabras de su párroco Eduardo Muñoz, una de las localidades de mayor fervor religioso de la provincia. Lo encontraron unos obreros que realizaban la primera fase de los trabajos de reforma de parte de la sacristía y salones parroquiales, tapado por yeso y también por el marco de un armario. Un mural que ha estado oculto a todos los feligreses durante décadas, a la espera de que lo hallaran para darle realce a una singular iglesia quemada por los moriscos tras el cambio del alminar musulmán por un campanario con aspecto de fortaleza. "Ni los más ancianos del pueblo lo conocían, nadie me había hablado antes de esta obra hasta que la descubrieron en las obras de la sacristía", comenta el párroco y precursor de su puesta en valor lo antes posible. El también profesor de teología y secretario del obispo no dará pie a culebrones artísticos como el que vivió en verano de 2012 la localidad zaragozana de Borja al sufrir la pintura la restauración surrealista, por lo catastrófico e irreconocible del retrato, de una vecina, Cecilia Giménez. Ese ecce homo era de un siglo antes, con escaso valor artístico y reducidas proporciones, por lo que fue más la parodia que la pérdida vivida en el Santuario de Misericordia.

En la parroquia de Íllar se hará una restauración con criterio, por parte de profesionales y de hecho ya se han ofrecido artistas de la comarca para realizarla de forma gratuita. Un profesor de historia del arte que actualmente pinta el retablo de Padules lo estudió a fondo y fecha el mural, de mayor envergadura que el de Zaragoza, en finales del siglo XVIII. Es una obra original sobre la pared del interior de la sacristía, realizada al óleo, no tiene autor conocido, al menos de momento. Eduardo Muñoz explica que la puesta en valor no será costosa, depende de los materiales empleados al ser la mano de obra altruista. Pero la restauración no se puede iniciar aún porque está pendiente una segunda fase de reforma de los salones parroquiales y sacristía, actuación pendiente del convenio de colaboración del Obispado de Almería y la Diputación. Ya una partida anterior de 2.500 euros permitió frenar el deterioro de una iglesia que se estaba cayendo a pedazos y ahora se pretende la consolidación del interior con un presupuesto estimado de 6.000 euros más. Habrá que recurrir, más allá de la colaboración con la institución supramunicipal, a la organización de rifas y sorteo de cestas de navidad en las que este párroco de nueve localidades de la vega del río Andarax es ya un experto. La captación de fondos para poner en valor el patrimonio histórico de las parroquias es una de sus múltiples tareas, una labor ardua y complicada porque son censos de reducida población y de elevada edad, pensionistas y jubilados en su mayoría. Pero no parará hasta que consiga todo el dinero necesario para el realce de la iglesia de Santa Ana y como ya no da tiempo para su onomástica el 26 de julio se planteará de cara al tradicional día del voto, cada tercer domingo de septiembre, en el que los vecinos de Íllar honran a su patrona en agradecimiento al milagro que, según la leyenda, protagonizó a principios del siglo XX al frenar una gran epidemia de gripe que estaba mermando seriamente a la población. Una vez completado el arreglo de la sacristía, que tiene una pequeña portada barroca de estuco, y de los salones parroquiales del piso superior, llegará el momento de restaurar el ecce homo para que luzca como merece y para que pueda ser contemplado por los devotos y visitantes de Íllar.

Antes habrá que ponerse con los trabajos interiores del edificio perteneciente al tipo de iglesias con la cabecera mayor levantada y retomar la propuesta de artistas y restauradores que se vienen ofreciendo para hacer del ecce homo un mural digno, al menos recuperando parte del esplendor que tuvo cuando fue pintado en el muro que después fue tapado con yeso y el marco de un armario que pasó a mejor vida. En el margen derecho del río Andarax, en uno de los pueblos de mayor devoción de Almería, lucirá muy pronto un ecce homo con dos siglos de historia. Y más allá del valor artístico que tenga, será un mural reconocido por los feligreses de Íllar, los que cada domingo por la tarde acuden a la parroquia situada en la plaza de la Constitución, y así no volverá a caer en el olvido e indiferencia.

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