Almería

Una fiesta a la medida para los vecinos del Centro de Mayores

  • Los abuelos hicieron una particular celebración y homenaje a la Virgen. La alcaldesa, las reinas y damas acompañaron a los ancianos durante toda la jornada. La Feria se despide hasta otro año

Ayer hubo fiesta y de las grandes en el Centro de Estancias Diurnas de Antas Llanos de San Roque. Isabel Belmonte, la alcaldesa, casi omnipresente en todas partes, también participaba de la fiesta que el Ayuntamiento proporcionaba a las familias de las veintiuna personas que acuden diariamente al centro.

Las reinas de las fiestas y sus damas de honor, guapas a rabiar todas ellas, daban un toque de color, de simpatía, de naturalidad, vamos que la reina infantil y una de sus damas se dieron una manita de cartas a la brisca.

María Francisca y Ángela, las cocineras, calculaban que habían cocinado para ciento cincuenta personas. No tienen mal ojo, no, que por ahí anduvo la cantidad de personas que acudieron a la fiesta y al baile posterior con más mujeres que hombres lo que no fue impedimento para marcarse unos pasodobles de calidad.

Antonio Miguel Latorre ponía la marcha con su piano eléctrico y su voz. Lo mismo se apuntaba una cumbia que un vals. Un animador profesional que le daba a la música según el momento, según el gusto de las parejas danzantes

Belmonte, Isabel, era una alcaldesa feliz "me gusta ver las caras de alegría de estas personas que cada una tiene lo suyo pero lo bien que lo llevan. El Ayuntamiento no puede olvidarse de ellos".

Francisca, Josefina e Irene, auxiliares de clínica, se tomaban un respiro en el trabajo para alimentar el cuerpo, que el espíritu lo alimentan a diario con la labor que desempeñan con la gente que las necesita y ellas, ay, ellas con la sonrisa puesta.

De cuando en cuando un paseo al Paseo. A mediodía de ayer Bisbal, David, era el amo del Paseo de Antas encaramado en los altavoces del bar Frandi. Calles más abajo, orientación Ayuntamiento, el camión del butano avisaba de su presencia con el claxon en pleno horario de siesta.

Se notaba que era el último día de las fiestas patronales de la Virgen de la Cabeza. El personal había decidido descansar, proceso necesario e imprescindible si se quería aguantar hasta altas horas de la madrugada. El taconeo de Bisbal, David, con sus bulerías se difundía desde lo más hondo de la peña futbolera almeriense.

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