Ni los más mayores del pueblo recuerdan una granizada como la que sorprendía a los vecinos de Tíjola el pasado lunes por la tarde. Apenas fueron diez minutos de una intensa lluvia de granizo del tamaño de una canica de cristal, pero valieron para destrozar el campo y la cosecha de este año y posiblemente la de años posteriores. Y es que los cultivos de frutales como albaricoque, melocotones o ciruelas se han perdido íntegramente. El fruto ha quedado en el suelo y los árboles muy dañados, así lo asegura Manuel Quesada, agricultor de Tíjola y responsable de una finca de 22 hectáreas de frutales que nos muestra desolado. "En los árboles frutales el granizo no ha dejado nada y en los olivos hasta que no caliente el sol no sabremos lo que ha pasado, pero yo creo que ha dañado la cosecha del año que viene que a estas alturas ya está pintada. Fue en torno a las cinco y media de la tarde, me cogió en el campo y yo no podía moverme, ni con el coche. Quedó todo cubierto igual que un nevazo. Aquí hay muchas personas como yo que vivimos del campo, ni paro ni nada, esto es una pena" afirmaba preocupado por lo que sucederá con la finca de esta empresa de Antas de la que él se ocupa personalmente.

En este caso, al ser una producción importante, la empresa cuenta con seguro y podrán recuperar al menos parte de lo perdido, según Quesada, "más de cuarenta millones de las antiguas pesetas, ya que este año teníamos más de trescientos mil kilos de producción seguro, a este hombre el granizo lo ha dejado sin nada".

Este es uno de los ejemplos de lo que ha sucedido en el campo de Tíjola, donde las zonas más afectadas por esta nube de granizo, han sido El Higueral, El Cervalico, Cela y el Pago de La Estación, lugares donde no todo son empresas grandes y donde los pequeños y medianos agricultores han perdido la cosecha y no cuentan con seguro.

Desde la Oficina Comarcal Agraria, los técnicos se desplazaban también ayer para realizar un informe de valoración de daños en esta zona de Tíjola.