Almería

La hemodiálisis, también en casa

  • José María Herrero realiza el tratamiento en su propio hogar, con la supervisión telemática de sanitarios

A las ocho de la mañana comienza un ritual que se repite cinco de los siete días de la semana en la casa de Almerimar del matrimonio de José María y Maribel. Hace un año ni se lo hubieran imaginado pero, desde principios de diciembre de 2015, José María realiza su tratamiento de hemodiálisis en su propio hogar, rodeado de sus libros, su móvil, su televisión y la inseparable presencia de su esposa. Su caso es casi excepcional en Almería ya que lo más habitual es que los pacientes con insuficiencia renal sean tratados en el propio hospital. Juntos preparan la máquina, siguiendo rigurosamente los pasos que les ha marcado el fabricante y el entrenamiento previo que han recibido con los profesionales del Hospital de Poniente. Tras pesarse, medirse la tensión y conectarse a la máquina (NxStage System ONE) comienzan más de tres horas en las que José María y Maribel se sientan uno frente al otro. Uno como sosegado paciente y otra como abnegada 'enfermera', más por necesidad que por vocación.

Los problemas de salud de José María Herrero se agravaron a principios del año 2013, cuando tuvo que ser ingresado en el Hospital de Poniente por problemas cardiacos. Durante su ingreso, los sanitarios detectaron un nivel anormal de creatinina que reveló las dificultades de sus riñones para trabajar normalmente. Al final llegó lo inevitable. Descartada la posibilidad de un trasplante de riñón por sus otros problemas de salud, entró en la sala de diálisis un 6 de junio de 2014. José María recuerda bien ese día. "Fue fatal. En general, el ambiente allí es duro y para mí las recuperaciones eran muy largas", señaló en declaraciones al Diario de Almería. Además, su gesto amable se tuerce cuando recuerda que en el tiempo que estuvo allí hubo compañeros que le abandonaron. "Es muy duro pero yo me he despedido de tres compañeros que se sentaban allí, en un sillón junto a mí", se lamentó. Por eso, cuando en septiembre del año pasado les confirmaron que iba a ser posible la hemodiálisis en casa, José María "vio el cielo abierto" pero a Maribel no se le quitaba la preocupación sobre la responsabilidad que se le venía encima. "Yo no había visto jamás una máquina de diálisis porque cuando hacía el tratamiento en el hospital no podía ni entrar. No me imaginaba teniéndole que pinchar casi a diario. Lo sopesamos mucho, entre los dos, porque al final terminaba recayendo todo el peso sobre mí", indicó. Después, todo ha sido mucho más fácil de lo que pensaron.

Ambos sólo tienen palabras de elogio para el personal del Hospital de Poniente que les atendió durante ese tiempo de diálisis en el centro, en los dos meses de formación y todavía en la visita que tienen que realizar cada mes. "Las enfermeras han sido lo mejor, han mostrado un cariño, una paciencia y una dedicación inimaginables", indicó Maribel. También han destacado la implicación de los nefrólogos Dorita Martín y Sergio García Marcos; este último precisamente encargado de la hemodiálisis domiciliaria. En este punto, apuntaron que desde el primer día en casa cuentan con un grupo de Whatapp con el personal sanitario involucrado a través del cual resuelven cualquier duda o imprevisto que surja durante las horas de tratamiento. "Funciona muy bien. Están siempre pendientes", afirmó Maribel a lo que José María añadió que "es una unidad sensacional". El apoyo fue tal que "no hubo ningún miedo en venir a casa", sentenció José María.

La nefróloga Dorita Martín confirmó a este periódico el gran avance que supone la realización de este tratamiento de forma domiciliaria "especialmente para el paciente, quien gana en calidad de vida". Así, recordó que desde el Hospital de Poniente ya realizaron una acción similar hace unos seis años pero con una máquina cuya depuración exigía hacer verdaderos cambios en una habitación para poder realizar el tratamiento. "La diálisis al final es un filtro por el que, por un lado, pasa la sangre y, por otro, el líquido de diálisis con el agua corriente; por lo que es muy importante que esa agua esté purificada, lo que llamamos agua ultrapura", matizó la nefróloga. Así, apuntó que la hemodiálisis domiciliaria transportable de la que se beneficia José María Herrero "es muchísimo mejor porque ya viene el sistema de depuración del agua incorporado y, además, puede viajar con ella y dializarse donde quiera". "Se ha trabajado mucho previamente, antes de ir a casa, así que es seguro 100%", señaló Dorita Martín quien, además, indicó que "sólo se recomienda a pacientes que tengan una capacidad de aprendizaje suficiente para manejar la máquina con soltura, que tengan condiciones higiénicas en su hogar y que, además, puedan contar con el apoyo de una persona durante las horas de hemodiálisis".

José María y Maribel tienen claro que no darían marcha atrás en este proceso. Las recuperaciones ahora son más cortas y, por tanto, más frecuentes sus paseos vespertinos; antes impensables con un José María que no recuperaba sus fuerzas hasta las ocho de la tarde. Insisten en el gran apoyo de la unidad de Nefrología del Hospital de Poniente y no dejan pasar la oportunidad de reclamar a las administraciones competentes la creación de una consulta para esta especialidad en el centro hospitalario ejidense.

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