Migraciones
  • La joven de 20 años ha conseguido la protección subsidiaria en España tras huir de su país, Somalia

  • Su paso por el Centro de Migraciones de Cruz Roja en Roquetas de Mar le ha permitido alcanzar una vida independiente

La larga travesía de Chamsa

Carmen Levia, Chamsa Hanssa Yousuf y Fuensanta Pérez en el Centro de Migraciones de Cruz Roja. Carmen Levia, Chamsa Hanssa Yousuf y Fuensanta Pérez en el Centro de Migraciones de Cruz Roja.

Carmen Levia, Chamsa Hanssa Yousuf y Fuensanta Pérez en el Centro de Migraciones de Cruz Roja. / Carlos Barba/Efe (Almería)

Escrito por

Miguel Martín/Efe

Chamsa Hassan Yousuf es una joven refugiada que hace dos años llegó a España después una larga travesía desde su país de origen, Somalia, y ahora, tras su paso por el Centro de Migraciones de Cruz Roja en Roquetas de Mar, ha conseguido el derecho a la protección subsidiaria en el país en el que quiere convertirse en enfermera.

Chansa alcanzó puerto a bordo del buque de Proactiva Open Arms en diciembre de 2018 junto a más de 300 migrantes provenientes de Libia y rescatados en el mar Mediterráneo. Se vio obligada a salir de Somalia por los problemas con la mafia y la Policía de su país, según revela en una entrevista con Efe.

Recuerda cómo tuvo que pasar tres días en una escuela y al regresar a su hogar “no había nadie, ni mi madre, ni mi hermano”. Tenía 16 años y fue cuando “dos hombres” la obligaron a iniciar un tránsito “muy duro” de casi dos años en los que “hay muchas cosas que no puedo explicar”.

Comenzaba una ruta por Yemen, Sudán, Libia… Aquí sería donde conoció a sus compañeras de viaje y donde estuvo “un año y once meses trabajando” para poder pagar a la “mafia”, “fregando platos, limpiando baños”. También recuerda cómo otras personas la ayudaron a reunir el dinero que necesitaba para poder salir de Libia.

Chamsa considera a Carmen Leiva su "madre" en España. Chamsa considera a Carmen Leiva su "madre" en España.

Chamsa considera a Carmen Leiva su "madre" en España. / Carlos Barba/Efe (Almería)

Así hasta que finalmente alcanzó la costa española pocos días antes de cumplir los 18 años. Llegó enferma, por lo que, aunque fue derivada al Centro de Migraciones de Cruz Roja, tuvo que permanecer ingresada durante un tiempo en el Hospital de Poniente de El Ejido.

“Allí tengo una amiga que me ayudó mucho cuando llegué hasta aquí. No sabía el idioma, no sabía nada, pero me ayudó como una hermana”, dice sobre una enfermera cuyo ejemplo la hace soñar ahora con la posibilidad de ejercer esta profesión en un futuro.

También conoció a Carmen Leiva, trabajadora social en el Centro de Migraciones. “Era como mi madre”, asevera a la vez que resalta todo lo que Cruz Roja ha hecho por ella, comportándose como su “propia familia”. Ahora, que ya tiene la protección subsidiaria, asegura que esto le permite “poder vivir con normalidad, sin miedo, sin problemas”. “España es mi segundo país”, añade.

Leiva aún recuerda en declaraciones a Efe cómo conoció a Chamsa en el Hospital de Poniente: “Cuando me vio, fue a tirarse a los brazos sin conocerme absolutamente de nada. Me quedé enamorada y absolutamente enganchada hasta el día de hoy”.

Chamsa quiere ser enfermera en un futuro. Chamsa quiere ser enfermera en un futuro.

Chamsa quiere ser enfermera en un futuro. / Carlos Barba/Efe (Almería)

Explica que en el Centro de Migraciones, que atendió el pasado año a 619 personas, tenían la función de facilitarle su integración, que no solo tuviese cubiertas sus necesidades básicas y alojamiento, sino también realizar todas las gestiones administrativas que necesitaba.

Tras terminar su itinerario en el Centro de Migraciones, Chamsa pidió trabajar en el campo en otra comunidad autónoma y regresó posteriormente a Roquetas de Mar. “Le decía: ese no es trabajo para ti y ella respondía que es un trabajo”, apunta. Ahora Chamsa está contratada haciendo limpieza del hogar.

“Transmite valores de familia. Está pendiente de las amigas que han tenido el mismo proceso migratorio, una vida similar a la suya, muy traumática (…) Está pendiente de todo el mundo”, dice Leiva.

La responsable del Centro de Migraciones es Fuensanta Pérez, quien explica a Efe que se llevan a cabo dos proyectos, entre ellos la acogida a solicitantes de acogida internacional, con una capacidad de 54 plazas.

Con el proyecto de acogida, como en el caso de Chamsa, se trabaja de forma multidisciplinar y “holística” para valorar las necesidades y potencialidades de cada refugiado, en pos de su integración y autonomía.

En la actualidad Chamsa hace trabajos domésticos para ganarse la vida. En la actualidad Chamsa hace trabajos domésticos para ganarse la vida.

En la actualidad Chamsa hace trabajos domésticos para ganarse la vida. / Carlos Barba/Efe (Almería)

Cuando Chamsa llegó a ellos "era casi una adolescente (…) Ha tenido mucha suerte de que le hayan concedido la protección subsidiaria. No podemos obviar que a una gran mayoría de las personas que solicitan asilo se le deniega y se quedan de manera irregular”, afirma.

En cinco años de existencia del Centro de Migraciones, el perfil de usuarios ha sido “muy variado”. “Al principio pensábamos que por la crisis Siria, muchos serían de este país, pero no ha sido así”, desvela. Por estas instalaciones han pasado venezolanos, colombianos, africanos de diferentes países… “Actualmente llegan muchos chicos solos de Mali” porque con la covid-19 la principal vía es la marítima, pero también han acogido a familias monoparentales con niños y niñas.

Niños que también “están inmersos en los procesos migratorios y con dificultades en su país de origen que merecen esa protección”, dice, reclamando para ellos una seguridad que no han tenido en su lugar de origen y valorando la labor de los voluntarios como “nexo de unión” que tienden puentes entre los refugiados y la sociedad que los acoge.

El trabajo de Cruz Roja Española en el ámbito de las migraciones se remonta a más de 30 años y en coherencia con el cumplimiento de su mandato humanitario, se orienta hacia las personas y colectivos en situación de mayor vulnerabilidad. Así pues, las líneas del trabajo de la organización en materia de migraciones abarcan la respuesta humanitaria, la protección, el apoyo y la integración y la defensa de las personas inmigrantes, refugiadas y desplazadas.

Durante 2020 en Cruz Roja atendió en nuestro país a un total de 30.351 personas refugiadas, de las cuales 14.312 eran mujeres. La intervención de Cruz Roja Española con personas solicitantes de protección internacional tiene como objetivo garantizar su protección e integración social en España. El programa consta de varias fases que cubren desde la primera acogida hasta la fase de preparación para la autonomía, con una duración de 18 a 24 meses. Durante ese tiempo, se presta una atención integral e individualizada que incluye, entre otros, los siguientes servicios: primera acogida, acogida temporal, asistencia legal y psicológica, aprendizaje del idioma y traducción e interpretación.

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