Muchas veces por vergüenza, otras por no saber dónde dirigirse, los mayores que denuncian ante las asociaciones de consumidores son considerado tan sólo como la punta del iceberg de aquellos que se enfrentan a situaciones de fraude, sean por televenta o por revisiones de instalaciones que no se ajustan a la normativa.

Hasta finales del pasado mes de octubre, el Servicio de Consumo de la Junta de Andalucía ha registrado 43 denuncias por ventas fraudulentas a domicilio, otras 43 por ventas a través de Internet, y 122 por revisiones fraudulentas de las instalaciones de electricidad, agua y gas. A ello, según explica el jefe de Servicio de Consumo de Almería, Cristóbal Estévez, se suman las que se tramitan a través de la Omic o la Unión de Consumidores.

Las empresas que defraudan saben cuáles son los objetivos más vulnerables, así lo destacó ayer el delegado de Gobierno de la Junta de Andalucía, Manuel Recio, durante la inauguración de las jornadas. "Es importante conocer los medios y las herramientas que se necesitan para denunciar cualquier situación", afirma Recio. Ello se debe a la dificultad que tienen las personas mayores para decir no o desconfiar de lo que se les ofrece, una de las principales pautas de formación dentro de las jornadas.

La agresividad de los vendedores que invitan a hacer excursiones como excusa para vender colchones es un punto que también se expuso ante los usuarios, sobre todo, "porque tienen la posibilidad de no aceptar lo que han comprado y tienen siete días para devolverlo", resaltan los responsables autonómicos de consumo.

En este sentido, desde Consumo se recuerda que siempre tienen la posibilidad de presentar una hoja de reclamaciones en el establecimiento en el que consideren que han sido estafados, sea a distancia, por internet o por una empresa que ha realizado una revisión irregular de una instalación de su vivienda.