El Ayuntamiento de Olula del Río ha dado inicio a la Escuela de Verano que se llevará a cabo durante todo el mes de julio en distintas instalaciones del municipio. Más de doscientos niños comprendidos en edades entre los tres y los catorce años, participarán en talleres e manualidades, disfraces y caracterización, abalorios, clases de teatro, multijuegos al aire libre y actividades variadas destinadas a los más pequeños de la localidad. Para la organización, al igual que en años anteriores, de este modo "se pretende propiciar la convivencia, el trabajo en equipo, la solidaridad y el compañerismo".

Según el alcalde del municipio Antonio Martínez Pascual, "un año más, y este es nuestro compromiso con los vecinos, continuamos apostando por apoyar el desarrollo y la práctica de actividades diversas que hacen a la formación cultural, deportiva y personal de los olulenses. La música, el teatro, el deporte, los talleres y todas las inquietudes de nuestra gente, son respaldadas en todos los sentidos por nuestro equipo de gobierno. En el caso de la Escuela de Verano, se ha llevado a cabo con fondos propios, lo que nos ha supuesto un esfuerzo que repercute directamente en doscientos chavales y veinte monitores que son los que nos prestan su valiosa colaboración para que la escuela cumpla con su objetivo".

Y es que una vez terminadas las clases, las familias encuentran en este tipo de iniciativas, la posibilidad de que los más pequeños tengan actividades diferentes a las del resto del año, aprendan jugando y se relacionen con otros chicos del municipio. Olula del Río es una de las localidades donde mayor cantidad de actividades se llevan a cabo durante todo el año, y el verano no es la excepción. "Las vacaciones son largas y hay que tratar de que nuestros hijos puedan disfrutar de actividades de ocio y formativas", cuenta Carmen, una de las madres que el lunes a las nueve de la mañana participaba de la inauguración que llevaba a cabo el alcalde Antonio Martínez Pascual y el concejal de cultura, José Ramón Fenoy. De aquí a final de mes, de lunes a viernes los niños tienen actividades alternativas y los padres, por qué no, un apoyo para compaginar las tareas cotidianas con las vacaciones escolares de verano que acaban de comenzar.