Phrasal Verbs o la renovación de la enseñanza del idioma inglés
Entrevista a Carmelo Pérez Rull
Su interés se centra en estudiar el significado de las palabras abstractas -como las emociones- desde una perspectiva que englobe lo lingüístico, cognitivo y cultural
Carmelo Pérez Rull es un almeriense genuino que nace en Cabo de Gata y empieza a formarse en el Seminario, hasta que pasa al Instituto Nicolás Salmerón, donde concluye la Secundaria, los antiguos Sexto y COU.
“Los estudios universitarios los realicé en la Universidad de Granada, especializándome en Filología Inglesa en 1976”. Con él siempre se tiene la sensación de que fluyen las cosas, de la manera menos alambicada, pero a la vez profunda. También es un ejemplo de constancia, de persistencia sin remilgos ni cortapisas.
“Por qué estudié inglés? Por la mayor facilidad de obtener una plaza en la enseñanza estatal al terminar. Mis conocimientos sobre la materia eran mínimos. El riesgo era perder la beca, si suspendía; pero todo salió perfecto. La solución fue viajar al Reino Unido todos los veranos para aprender la lengua, haciendo trabajos que poca gente quería, lavando platos, ayudando en bares y restaurantes y como auxiliar de enfermería en un Hospital en Russel Square (Londres) Al final no perdí la beca y pude terminar Filología Inglesa sin problemas”.
Y, sí, como se había propuesto, terminó siendo catedrático de inglés en Secundaria, con una larga y, sobre todo, diversificada trayectoria, siempre activa y atenta a cualquier novedad que apareciese por el firmamento docente.
“Empecé como profesor-lector en el Departamento de lenguas de la Universidad Politécnica de Bristol (1977-1978). Llevé a cabo un intercambio (Post to Post) con un profesor americano de Madison, (1999-2000) en el Verona High School-Madison (Wisconsin). Tres años más tarde por Oposición a Centros de Educación en el Exterior, conseguí la plaza de Londres (2003-2009) para impartir clases de inglés durante 6 años como Profesor y Jefe de Departamento en el Vicente Cañadas Blanch, uno de los nueve centros de Educación y Enseñanza Secundaria en el Exterior. El resto del tiempo desempeñé la enseñanza en el IES AL-Andalus (Almeria).
Esa trayectoria tiene un momento especial para Carmelo Pérez Rull, que evoca con una mezcla de nostalgia y orgullo.
“En el plano profesional destacaría mi estancia en Madison en un programa de “puesto a puesto” con otro profesor americano, en el año 1999-2000. Después de haber conseguido la cátedra y el doctorado, me encontraba en una etapa profesional que requería una nueva proyección que activara mi entusiasmo docente.
Toda mi familia tuvo la oportunidad de disfrutar de esta vivencia tan especial. Mi hijo pudo cursar tercero de Bachiller con los alumnos americanos. Tuve la suerte de solicitar y obtener una Beca de la OTAN para jóvenes doctores para llevar a cabo un proyecto para investigar cómo los americanos afrontaban el problema de la llegada de alumnado inmigrante a los centros estatales. La cuantía económica fue un gran soporte para viajar por EEUU.
En cuanto al trabajo, fue bastante duro, duplicaba las horas lectivas que tenía en mi centro y la permanencia era de 8.15 a 3.15 con 40 minutos para el almuerzo, las bajas temperaturas me permitieron vivir en compañía de la nieve casi a diario. La actividad profesional era agobiante: había que hacer bastantes pruebas y corregirlas. El estudiante americano estudia si sabe que le vas a evaluar. La media era aportar 20 calificaciones por alumno cada mes y medio. No obstante, la experiencia fue inolvidable: Un colegio de clase media alta y con recursos y tecnología puntera, un profesorado con un alto grado de dedicación y profesionalidad; cada profesor era responsable de la organización, funcionamiento y de un entorno agradable en su aula, donde impartía todas las clases. La relacion de profesor y alumno era buena y el asunto de una falta de disciplina era cuestión de horas. También era llamativo observar comportamientos extraños de los alumnos: sentarse o tumbarse en el suelo mientras trabajaban en grupo, quitarse los zapatos, pintarse las uñas, bostezar o simplemente no hacer nada por encontrarse cansados, etc.”
Antes de la experiencia estadounidense, había defendido con gran brillantez su tesis doctoral en la Universidad de Granada en 1997. "Modelo cognitivo-cultural del dolor emocional. De la lexemática a los modelos mentales y culturales.” verá la luz tres años después, precisamente en la universidad de su tierra.
“A partir de la publicación de mi tesis, mi interés se centra en estudiar el significado de las palabras abstractas -las emociones- desde una perspectiva que englobe lo lingüístico, lo cognitivo y lo cultural. Mis libros, artículos y colaboración en obras colectivas incluyen el análisis de metáforas emocionales y modelos mentales, así como la aplicación de la lingüística en la enseñanza de idiomas. He participado en conferencias y seminarios donde he contribuido al desarrollo de metodologías didácticas e innovadoras y en publicaciones de la informática aplicada a la enseñanza del inglés. Se han publicado varios artículos de aplicación de la informática al aprendizaje del inglés. La publicación más destacada fue la que obtuvo el segundo Premio de Andalucía por el programa informático titulado: «Different Ways of Learning Vocabulary by Computer/Having Fun with the Computer (El BOJA de 30/1/1990, establecía la 1ª Convocatorio de Recursos y Programas de lnformática Educativa. Plan Alhambra.)”
“Bring it on”- 427 Phrasal Verbs”, escrito por Carmelo Pérez Rull con Silvia Pérez Fábrega, reúne y armoniza esas dos grandes facetas de la vida profesional del protagonista: propone un método absolutamente novedoso para la enseñanza del inglés, y lo hace a partir de los fundamentos teóricos de la lingüística cognitiva. Nadie mejor que el propio autor para explicar en qué consiste con exactitud la propuesta.
“La Lingüística Cognitiva entiende el lenguaje no como un conjunto de reglas arbitrarias, sino como una expresión directa de cómo pensamos, sentimos y experimentamos el mundo. En el caso de los phrasal verbs, tradicionalmente se han enseñado de forma memorística, sin lógica aparente, lo que genera frustración tanto en estudiantes como en docentes. Sin embargo, si atendemos a los conceptos de image schemas, metáforas conceptuales y estructuras mentales recurrentes, descubrimos que hay patrones coherentes detrás de estas expresiones verbales”.
“Mi trayectoria en el campo de las metáforas emocionales me ha permitido observar cómo los hablantes conceptualizan las emociones mediante imágenes corporales o espaciales. Pensé que ese mismo enfoque era válido para aplicarlo al estudio de los Phrasal verbs: si enseñamos estos indómitos verbos desde su base conceptual, conectándolos con experiencias cotidianas y metáforas compartidas, el aprendizaje se vuelve mucho más intuitivo y motivador”.
“Por lo tanto, cada verbo se estructura partiendo de los conocimientos que ya tenemos de nuestra relación con nuestro entorno, con los objetos y su manipulación y trasladamos o proyectamos dicha experiencia del dominio de origen, que es el sentido literal o básico del Phrasal verb, a través del esquema o representación mental al otro dominio destino, que es un concepto más abstracto, que no puede experimentarse directamente. De esta manera, entenderemos el sentido metafórico adquirido por la partícula y conseguimos un aprendizaje del sentido general de cada verbo de forma duradera, lógica y motivada, aplicable en diferentes contextos y sin tener que memorizar, como se hace en el enfoque tradicional, los diferentes significados descontextualizados, que se olvidan de inmediato”.
“Con la publicación de Bring it on – 427 Phrasal Verbs, espero precisamente eso: ofrecer una alternativa real, útil y motivadora al método tradicional. Mi objetivo no es solo ayudar a estudiantes a recordar mejor los verbos, sino a entenderlos, a verlos como parte de un sistema conceptual que tiene sentido. Además, deseo que docentes y formadores encuentren en este libro una herramienta clara, moderna y eficaz, con la que puedan conectar con sus alumnos desde el pensamiento, no solo desde la memorización. En definitiva, lo que realmente espero es que el libro se difunda ampliamente entre el alumnado, el profesorado y estudiosos de la lengua inglesa”.
La apuesta es ambiciosa, pero no arriesgada, desde el momento en que está asentada en los tres pilares imprescindibles en toda nueva propuesta didáctica: el compromiso con la innovación, la solvencia de sus planteamientos y la experiencia directa en el aula. Si mi modesta opinión vale, le auguro un futuro espléndido a esta auténtica revolución en la enseñanza del inglés surgida en Almería.
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