Almería

Los problemas del puerto de Adra

  • Los fantasmas del pasado vuelven a resurgir y amenazan con provocar el cierre de la bocana tal y como tuvo lugar en el año 1942 Junta y Ayuntamiento obligados a entenderse

Hace 61 años, en marzo de 1953, el puerto de Adra era noticia en la prensa nacional porque su bocana se había cegado por completo por la acumulación de arenas movidas por la marejada. La cosa se veía venir desde diez años antes, cuando la foto en blanco y negro de 1942, que sirvió para ilustrar un informe del ingeniero jefe de la época, muestra que la playa interior que se estaba formando desde tiempo antes había dejado a la mitad la anchura de la boca portuaria.

La situación de aquella industriosa Adra de la España de posguerra mereció, días después del cierre de la bocana y de la conversión del puerto en lago artificial por una lengua de tierra por la que se podía ir andando de espigón a espigón, la visita del entonces ministro de Obras Públicas. Aquella visita no solo supuso la aprobación de un dragado de emergencia, que resolviese temporalmente el problema, sino la adopción de una solución definitiva que pasaba por resolver los problemas constructivos del dique de Poniente.

Ahora, la imagen captada hace unos días por el fotógrafo Andrés Aguilera, muestra como los fantasmas del pasado vuelven a hacer escala en este puerto, en el que esa amenazante playa interior vuelve a extenderse desde Poniente, dejando cada vez menos espacio a la entrada y salida de embarcaciones.

Lo sorprendente es que esto haya sucedido, cuando hace menos de cuatro años que la Agencia Pública de Puertos de Andalucía destinó importantes recursos al dragado de la bocana, dentro de una más que respetable inversión de once millones de euros, que ha modernizado notablemente esta infraestructura portuaria.

El Ayuntamiento de Adra, sensible con el problema y conocedor de que la historia podría volver a repetirse, ha intentado sin éxito que la Junta de Andalucía realice un dragado de emergencia como primer paliativo. De momento la Consejería de Fomento se ha limitado a señalar que la accesibilidad está garantizada en la situación actual y que vigilará la evolución del tema

Sorprende la pasividad con que el problema se está abordando por las autoridades competentes, ya que tampoco han accedido a la petición del municipio abderitano de señalizar convenientemente el canal de acceso disponible con un faro que advierta del peligro durante la noche. En su lugar se ha colocado una boya de señalización que puede apreciarse en la foto.

Conviene recordar que la Junta de Andalucía ha tenido en el Ayuntamiento de Adra un aliado incondicional desde que se anunciara el modelo de puerto escogido, mientras que las obras se desarrollaron y a posteriori, con la debida cooperación para el mantenimiento y puesta en valor de las instalaciones.

El municipio abderitano podía haber cuestionado entonces el modelo portuario elegido, ya en ese momento condicionado por la crisis económica y por una competencia más que previsible de los puertos deportivos cercanos y adscritos a zonas turísticas asentadas desde hace muchos años, con las que Adra, hoy por hoy, no puede competir. Decidió, a pesar de las dudas razonables de la Cofradía de Pescadores, apoyar el proyecto, tal vez con el sentido práctico que caracteriza a los abderitanos del "¿Cuándo alguien va a invertir once millones de euros aquí si se pierde esta oportunidad?".

Lo cierto es que esa cooperación ha quedado en suspenso de manera inexplicable. Que la situación económica de la Junta está bajo mínimos y sacar dinero para obras de emergencia se hace muy cuesta arriba, es algo comprensible. Que los técnicos pueden recomendar que se retrasen las operaciones de dragado porque sea más conveniente hacerlas en el periodo estival… Razones que tal vez puedan barajarse pero que no se han puesto sobre la mesa en las distintas conversaciones mantenidas entre el alcalde y las autoridades de Puertos.

Y estoy hablando del necesario dragado como solución provisional de un problema que no queda ahí. Deberán analizarse y darse a conocer las causas que lo originan. Si hay algún defecto constructivo, si la nueva configuración portuaria ha mermado la eficacia del dique martillo que ha mantenido la bocana operativa tantos años… Los ciudadanos exigen respuestas porque las obras públicas se hacen con el dinero de sus impuestos. El Ayuntamiento, muy a su pesar, ha tenido que salir en prensa contando las desavenencias. Los pescadores de este puerto no se merecen este nuevo riesgo. Bastante castigo han sufrido en las últimas décadas de los burócratas de Bruselas, que han reducido a la flota abderitana a la mínima expresión. La Junta debe responder al auxilio del puerto de una ciudad de 25.000 habitantes.

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