El reportaje

Bajo el signo de la expansión

  • La excepcional dinámica constructiva del S. XVIII en FondónEn Fondón, los años finales del siglo XVIII suponen cerrar el capítulo barroco local con fuerte acento de la arquitectura popular. Algunas casas señoriales han configurado atractivos jardines y huertos privados

EL siglo XVIII fue una época de desarrollo agrario, con interesantes precedentes en la Alpujarra Oriental ya en el XVII, lo que propició la renovación del viejo panorama urbano de los Austrias.

Se reestructuran nuevas redes urbanas, se modifican, e incluso en ocasiones levantan de nuevo, templos, casas solariegas, edificios públicos, fuentes y plazas, que terminan por definir la fisonomía de estas poblaciones, en un planteamiento oscilante entre lo culto y lo popular, en síntesis realmente única.

Beneficiadas de esta política de reformas, ampliaciones y construcción de nueva planta, de edificios religiosos y civiles, fueron las poblaciones medianas: Écija (Sevilla), Antequera (Málaga), Priego de Córdoba, Andújar (Jaén), etc., con un considerable potencial agrícola. Sin embargo, pequeños núcleos rurales como Fondón se vieron inmersos plenamente en este proceso.

En Fondón los años finales del siglo XVIII suponen cerrar el capítulo barroco local con fuerte acento de la arquitectura popular. Algunas casas señoriales, la de los Moral/"Godoyas" en Fondón y la de los Palomar en Fuente Victoria (Codba, Presidio) han configurado atractivos jardines/huertos privados, y se levantan el Pósito y la Fuente de Carlos IV.

En la sesión del cabildo municipal de Fondón correspondiente al 4 de mayo de 1790, referente al proyecto sobre abastecimiento de agua para el consumo doméstico, se expone: "la actual justicia y demás del ayuntamiento están total-mente ocupados en el grave cargo y pensión de las obras públicas que en la actualidad se están construyendo", no exageraban, pues seis días después se reanudaba la construcción, hasta entonces paralizada, del Pósito según proyecto del arquitecto granadino Juan de Mata Velasco, por un importe de 18300 reales. Las obras estaban finalizadas poco antes de los tres meses. En la sesión del cabildo de 4 de agosto de 1790 se manifiesta: "está levantada desde sus cimientos, con las dos alturas que hoy tiene, esta Real Casa, su nuevo y famoso granero por alto, y estas dos salas bajas para el uso y comodidad de los capitulares que siguieren en estos empleos, las cuales, en el ínterin que se consigue el hacer Casa Capitular separada del Pósito, servirán para cabildos, juntas públicas y judiciales y demás concernientes a la real jurisdicción, y después las destinarán para separación de semillas y oficinas de esta Real Panera" (Archivo Municipal de Fondón, Libro Capitular del año 1790).

Los vecinos de Fondón se abastecían de agua para el consumo doméstico mediante dos grandes aljibes, de época musulmana, situados en las afueras del pueblo, los cuales dejaban bastante que desear. Para remediar la situación el Concejo, justicia y regimiento se plantea conducir el agua de un manantial de la sierra de Gádor hasta el núcleo de población. En el cabildo municipal del 4 de mayo de 1790 se da a conocer una orden de la Intendencia de 17 de abril del mismo año, que inserta otra del Consejo Real, autorizando la construcción de una "cañería y dos pilares públicos… por sesenta y un mil doscientos cuarenta y un reales". Las obras, finalizadas en los primeros días de diciembre, tanto las de conducción del agua, como las referentes a la construcción de la monumental fuente mayor, fueron proyectadas y diseñadas por Francisco Antonio Quintillán y Lois, "maestro de arquitecto de la Intendencia General, y obras de los Propios de este Reino… arquitecto académico de la de San Fernando de Madrid".

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios