Almería

El soterramiento de las lentejas

  • Fomento sorprende a los almerienses al aceptar un proyecto de integración de las vías del tren que rechazó por razones técnicas y económicas y anuncia un concurso de ideas que conlleva retrasos

"El concepto de un soterramiento integral es confuso, pues con ello no se sabe si se quiere decir que la llegada del AVE a la ciudad sea como si del metro se tratase, lo que resultaría verdaderamente sorprendente, además de que no existe en ninguna parte del país, o se pretende únicamente que la superficie transitable por coches sea mayor, lo cual, según se mire, puede ser ventajoso o no. En la mayoría de ciudades españolas con AVE el tren llega en plena superficie sin soterrar ni semisoterrar, como en Madrid, Málaga, Zaragoza, Segovia o Lérida". El argumento de claro rechazo al soterramiento integral, al menos tal y como lo demandaban los almerienses, lo realizó el propio subsecretario de Fomento, Jesús Miranda Hita, a finales de 2009. Meses antes, el alcalde de Almería regresaba de una reunión en Madrid con una profunda decepción y reiterando que "fueron lentejas lo que nos dieron y lo que hemos intentado es mejorar el guiso". Desde que se conoció el estudio informativo de la integración urbana de las vías del ferrocarril en la ciudad tanto el Gobierno como la Consejería de Obras Públicas de la Junta han venido recordando a los agentes sociales de la provincia (Cámara de Comercio, Asempal, Foro Ciudad, Asafal, Colegio de Arquitectos, colectivos vecinales, entre otros)que no había ninguna otra alternativa al proyecto que mantenía 800 metros de cubiertas no transitables, calificadas en su día como "jorobas", por razones técnicas, relacionadas tanto con la iluminación como la ventilación, y por la viabilidad económica de la actuación. Sin embargo, Miranda Hita sorprendió el viernes a todos al dar marcha atrás y anunciar, tras el estudio de las 108 alegaciones presentadas, que finalmente Fomento acepta un proyecto de soterramiento integral. Todas los motivos que lo impedían parecen haber desaparecido de la noche a l mañana y, a pesar de la euforia que se ha generado en la sociedad almeriense, hay incógnitas que se deben despejar lo antes posible.

El anuncio se ha producido en plena precampaña, de ahí que el PP de Almería haya calificado ya la medida de "electoralista" y los andalucistas hayan argumentado directamente, con escepticismo, que se trata de "una maniobra de distracción". El Gobierno deberá plasmar cuanto antes en papel lo que ya insinuó a finales de año, al reconocer que las "cúpulas" no eran del agrado de la ciudadanía, y aclarar también si conlleva más retrasos. Si el Ayuntamiento de la ciudad aceptó el actual proyecto con resignación fue porque no quería demorar más la actuación, no sería razonable que ahora los causara el Ejecutivo de Zapatero que deberá convocar un concurso de ideas para ordenar una futura superficie sin las bóvedas con su consiguiente plazo para alegar y la tramitación medioambiental.

Si el coste de otro tipo de obra era excesivo e inasumible para el Gobierno (a pesar de que en otras ciudades como Granada no baja de los 500 millones de euros que serán 1.100 en Valladolid y 476 en Vitoria), ¿por qué en cuestión de meses y atravesando una crisis si pueden aumentar su aportación en unos 35 millones?. Otro de los interrogantes por aclarar sería el vinculada a la parte más técnica. ¿Ya no son necesarias la cúpulas y pasos peatonales transversales que permitan conjugar los objetivos ferroviarios de iluminación y ventilación con los urbanísticos y de calidad del espacio urbano?. También se plantearon a lo largo de los últimos años de reuniones motivos de seguridad que se han difuminado bajando el nivel del subsuelo de 5,5 hasta 10 metros.

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