Cierre de terrazas y decreto andaluz

Habrá Mesa Técnica entre el Ayuntamiento y la Junta para salvar las terrazas de los bares

  • Pese a las dificultades, el concejal de Desarrollo Urbano se muestra “optimista” a la hora de alcanzar soluciones que hagan posible la convivencia de los negocios con el derecho al descanso de los vecinos

Hilera de terrazas en el casco histórico

Hilera de terrazas en el casco histórico / Rafa González (Almería)

De las conversaciones que están siendo mantenidas entre el alcalde de la capital, Ramón Fernández-Pacheco, y el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Almería, José María Martín, salen las primeras semillas con las que ambas administraciones pretenden cosechar frutos que sean del agrado tanto para los hosteleros como para los vecinos del centro histórico. La primera acción concretada es la celebración de una pronta reunión de carácter técnico en la que los funcionarios municipales y los de la Administración andaluza analizarán las posibles soluciones que permitan al Consistorio de la capital renovar las licencias de las terrazas sin abrir la temida amplia puerta a la formulación de denuncias en los juzgados haciendo valer el derecho vecinal al descanso.

Miguel Ángel Castellón, concejal de Desarrollo Urbano y Vivienda del Ayuntamiento de Almería Miguel Ángel Castellón, concejal de Desarrollo Urbano y Vivienda del Ayuntamiento de Almería

Miguel Ángel Castellón, concejal de Desarrollo Urbano y Vivienda del Ayuntamiento de Almería / Redacción (Almería)

La constitución de la mesa técnica es contemplada por el concejal de Desarrollo Urbano y Vivienda, Miguel Ángel Castellón, como un balón de oxígeno a la complicada situación que el decreto de Espectáculos Públicos y Establecimientos de Ocio de la Junta de Andalucía ha colocado al Ayuntamiento de Almería, y al resto de los consistorios de la comunidad. “Los técnicos e ingenieros municipales le están dando vueltas y vueltas para buscar una solución que nos permita conceder las licencias a los hosteleros y a la par garantizar el derecho al descanso de los vecinos. Va a haber esa reunión a nivel técnico entre la Junta y el Ayuntamiento y soy optimista. Estoy convencido de que daremos con una solución”.

En sus declaraciones, realizadas por el concejal justo antes de que los hosteleros anunciaran este jueves su intención de recibir en enero el blasón de la Capitalidad Gastronómica con las terrazas de sus bares cerradas como medida de protesta y presión, Castellón asegura que la voluntad “es conceder las licencias, pero en las condiciones que marca el decreto, es muy complicado”. De ahí que el alcalde siga manteniendo la petición de que se suspenda de forma provisional las nuevas directrices andaluzas –como piden también los hosteleros–, o en su caso, que la Junta instruya a los ayuntamientos mediante aclaraciones de cómo aplicar el decreto. Una cuestión que, según las manifestaciones del delegado en Almería, no son necesarias.

Los vecinos (cierre de terrazas), desde luego, tienen una lectura transparente. En el escrito registrado ante el Ayuntamiento por las tres asociaciones que operan en la zona acústicamente saturada (ZAS), Alborán, Puerta de Europa y Casco Histórico, dicen textualmente que “queda claro, en esta nueva normativa, que la atutorización de las terrazas tiene que estar condicionada a los cumplimientos de calidad acústica. Por tanto –añaden– si en una zona se produce saturación de ruidos (por acumulación de bares, por ejemplo), en esa zona no podrá haber terrazas en periodo nocturno” a lo que añaden que el artículo 11 del decreto, el de la discordia, “no introduce ninguna novedad, pero sí aclara que, en una zona que ya está saturada de ruidos, no pueden autorizarse terrazas”. Antes el Ayuntamiento renovaba y concedía licencias sin verificación de emisiones de decibelios previa, y ahora ha de hacerlo. “El vecino no está obligado a justificar el daño en zona saturada para que se limiten nuevas actuaciones. Es el Ayuntamiento el que tiene que demostrar que no se produce daño para seguir autorizando actividades.”

Aunque el escrito vecinal es contundente en este sentido, también las tres citadas asociaciones dejan constancia en el mismo de su reconocimiento a la necesidad de contar con actividad hostelera para mantener vivo el centro histórico, por lo que ofrecen “tolerancia y comprensión para que los procesos sean graduales y afecten lo mínimo posible a la economía de las instalaciones en funcionamiento”.De igual modo, los hosteleros, en pie de guerra en defensa de sus intereses (amenaza de cierre), han indicado su “disposición a negociar con el Ayuntamiento y vecinos todo lo relativo a la problemática de las terrazas, teniendo claro que una licencia de este tipo no autoriza a ningún establecimiento de hostelería a hacer la vida imposible a ningún vecino”, por lo que reclama una “norma” que para el sector “no está claro”.

Hay puntos pues de convergencia, si bien ¿cómo compaginar la actividad de las terrazas y veladores con el descanso en zonas saturadas, objetivo del decreto andaluz? “Las terrazas no son un local cerrado, con una conversación normal entre varias personas ya se está superando los decibelios (55), permitidos”, responde Castellón, junto a la “gran preocupación municipal” por conseguir, “objetivo número uno, reducir el ruido, y mantener las 400 terrazas que hay activas”. Expone el concejal medidas dirigidas a reducir la contaminación acústica provocada por el tráfico, la reducción de mesas y sillas en la terrazas, la posibilidad de espaciarlas... A concretar.

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