Almería

Los siete torreones medievales de La Chanca buscan dueño

  • Ayuntamiento y Junta se han limpiado las manos y no se les presta la atención que al ser BIC le deben

Las dos torres de la Avenida del Mar vistas desde la falta de la Alcazaba.

Las dos torres de la Avenida del Mar vistas desde la falta de la Alcazaba.

Han pasado tres años desde que los vecinos de La Chanca-Pescadería pidieran a las administraciones ayuda para determinar a quién corresponde el cuidado de los siete torreones medievales que existen en La Chanca. Pues todo sigue igual. Hubo algún movimiento en vano que no llegó a ningún sitio. Así que ahí siguen, sin que nadie les preste el cuidado que al ser considerados como Bien de Interés Cultural (BIC), se le debe.

No son propiedad de nadie. Se les podría aplicar el concepto Res Nullius. No tienen dueño. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1998 determina que se encuentran en suelo público libre, concepto que, en principio, no lo ata a la titularidad de ninguna administración y, consecuentemente, de ningún particular.

Uno de los torreones con la Alcazaba de fondo. Uno de los torreones con la Alcazaba de fondo.

Uno de los torreones con la Alcazaba de fondo.

Es decir, ni Junta ni Ayuntamiento rezan como propietarios de una construcción que es considerada Bien de Interés Cultural (BIC) y para la que los vecinos del barrio y distintas asociaciones culturales de la capital están pidiendo cuidados durante las últimas fechas ya que su estado de conservación es pésimo. Los huérfanos torreones se encuentran en la Avenida del Mar, calle Valdivia y calle Impresores.

Ni Junta ni Ayuntamiento rezan como propietarios de una construcción que es considerada Bien de Interés Cultural (BIC)

Construidos en el año 955, los torreones forman parte de la muralla inicial que Abderramán III mandó a construir en el momento en que concede a Almería la categoría de medina. Su objetivo era militar, guardando un aspecto de corte defensivo en caso de que la ciudad fuera objeto de amenaza externa.

La Alcazaba, sus retos de murallas enterrados y perdidos, los torreones medievales, las torres de fundición de plomo, las murallas del cerro de San Cristóbal, el Palacio del Almanzora, el Cortijo del Fraile, el Cable Inglés... la provincia de Almería tiene un sinfín de patrimonio histórico al que sacar partido, aunque bien es cierto que el descuido institucional ha hecho que muchos de estos rincones emblemáticos rocen la ruina. No es este un tema en el que los ayuntamientos tengan plenos poderes, pues la conservación de estos depende en su mayoría de la Junta de Andalucía y, en su defecto, del Estado (en mucha menor proporción), pero sí que hay municipios que han peleado y pelean para que estos iconos del pasado no caigan ni en el olvido ni al suelo.

Las murallas del cerro de San Cristóbal, en Almería capital, quieran o no pertenecientes al Complejo Monumental de la Alcazaba, declaradas BIC y Monumento histórico y artístico en el año 1931, son el ejemplo más claro de desidia institucional. Parte de estas ya están en el suelo. Tampoco hay quien quiera hacerse cargo de los torreones medievales de la Avenida del Mar. Junta y Ayuntamiento se han pasado la patata caliente y aún no hay quien les proporcione un arreglo.

El Cable Inglés comenzó a repararse, pero dos lustros después ahí sigue. Ha tenido que ser la Autoridad Portuaria quien ponga en marcha su arreglo por valor de 3,1 millones de euros. Aunque con presupuestos de por medio, habrá que rezar para que este emblema de la capital almeriense termine rehabilitándose y no llegue el día en que también haya que apuntalarlo.

Las canteras califales, el lugar del que nació la Alcazaba, ha sido declarada recientemente Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía, pero esta ya ha advertido que es al propietario o en defecto al Ayuntamiento a quien corresponde ponerla en valor de alguna u otra forma. De momento, no hay proyecto alguno al respecto.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios