Almería

El tour del párroco ciclista de Níjar

  • Manuel Navarro lleva cuatro años dando misa en la Parroquia de Santa María de la Anunciación del municipio · El abderitano sale con la bici de 4 a 5 días por semana para mantener la forma

Enfundado con un maillot, subido en su bicicleta y en la puerta de la Parroquia de Santa María de la Anunciación de Níjar, el párroco del municipio dialoga con un vecino de una forma distendida. Manuel Navarro lleva cuatro años en este pueblo de Almería ofreciendo una imagen moderna y deportista como sacerdote.

Mientras circula con su bicicleta por las calles del municipio, muestra su dominio y se prepara para rememorar cómo empezó su afición por el mundo de las dos ruedas y su vocación religiosa.

Sus primeros pasos para predicar la palabra de Dios comenzaron a finales de los 70 en Puente del Río (Adra): "Estaba con un grupo de jóvenes de la parroquia y estaba cómodo en ese ambiente. Allí empiezo a madurar la idea de qué significa el cristianismo y, el sacerdocio. También comenzaron a inculcarme la pasión por la bicicleta".

Al entrar en su casa se puede ver una decoración sin barroquismo y acogedora como cualquier hogar familiar: "La gente cuando entra se sorprende porque la ven normal, con luminosidad en las habitaciones".

El sacerdote de Níjar ha recorrido parte de la provincia con su vocación religiosa: "En Granada, empecé a estudiar en la Facultad de Teología. Estuve en el Seminario con veintitantos años y me ordeno a los 33. He estado en Vera, Huércal-Overa, Albanchez, Líjar, Cóbdar, Lubrín... y llevo cuatro años en Níjar".

Como en muchos municipios, la entrada de un nuevo sacerdote en la vida de algunos vecinos propicia comentarios y curiosidad. "Estoy muy integrado. Para la gente mayor, ver un cura con un maillot, levanta un poco de expectación, pero el padre Miguel (el anterior párroco) ya los había puesto en antecedentes. Con el tiempo, se van rompiendo los prejuicios. Te ven como vecino, como una persona accesible. También realizo deportes de riesgo", asegura Navarro.

Sus recuerdos sobre la bicicleta se remontan a su juventud: "Empiezo como un chico enamorado del deporte. Era muy inquieto. El recuerdo de donde naces influye en la persona. No tuve los medios suficientes, ni las infraestructuras. En solitario, comencé joven, sobre los 14 años".

El párroco no ve incompatible su trabajo con su afición: "Con el ciclismo se descubre a Dios. La gente comparte inquietudes y preocupaciones. Es una plataforma para ayudar y hablar de Dios".

Navarro cree que el ciclismo propicia una serie de valores: "Aumenta la capacidad de sufrimiento, las condiciones físicas y emocionales. Sirve como terapia para madurar".

Correr junto a otras personas o hacerlo sólo cambia totalmente la dinámica: "Conocí la Peña Muñoz de Almería a través de José y Juan. Esto me hizo conocer muchísima gente. Salíamos juntos a desarrollar un deporte sin ningún tipo de pretensión. Se sorprendían porque era cura. Los demás eran electricistas, abogados... Lo que les impresionaba era que tuviera tanta mala leche en la carretera. Algunos bromeaban: va como un tiro, no tiene piedad de nadie".

Pero Manuel Navarro no sólo se ha dedicado como aficionado al mundo de la bicicleta: "Mi contacto con el ciclismo profesional fue con el equipo Costa de Almería. José Luis Aguilar conocía mi afición y me ofreció ser capellán".

El sacerdote siguió en su línea de reflexión y ayuda a los demás: "Como capellán, mi trabajo era el de conversar con los del equipo. Atender esa necesidad espiritual y religiosa. Fue muy emocionante poder entrenar desde dentro con un equipo profesional".

Otro de los proyectos, que el abderitano ha desarrollado relacionándolo con el mundo de las dos ruedas, es la Escuela Municipal de Ciclismo: "Hace 6 años, Juan Muñoz y yo comenzamos con el proyecto y empezamos a tocar una serie de puertas para buscar a un sponsor. Nos contestó Cajamar que es un apoyo incondicional. Plastimer, Diputación. En la actualidad, también contamos con la colaboración del Patronato de Deportes. Si no hay patrocinadores no se puede llevar ninguna actividad de este tipo".

La experiencia de Manuel Navarro sobre una bicicleta y sus contactos lo llevan a realizar una labor como "monitor de ciclismo y llevo principalmente el tema burocrático".

El párroco señala algunos de sus logros: "Fui desde Aguadulce hasta Málaga en 5 horas y 45 minutos".

Navarro tiene proyectos futuros sobre la bici: "Quiero recorrer la Península Ibérica. Hacer La Ruta de la Plata. Almería, Murcia, Alicante, Valencia, Barcelona, Gerona, Galicia... Quiero realizarlo en varias etapas, de 40 a 50 días. Salgo de 4 a 5 días con la bicileta para mantener la forma".

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