Almería

Los traficantes llevan bufanda

  • Narcotráfico. Seis integrantes de una red fueron detenidos en la operación Retama. Las fuerzas de seguridad del Estado se incautaron de más de seis toneladas de resina de hachís

Los traficantes llevan bufanda

Los traficantes llevan bufanda

La fría madrugada del 18 de febrero de 2005 un grupo de agentes de paisano de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO-Estupefacientes) de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Almería, junto a otros cinco miembros del Servicio de Vigilancia Aduanera de la provincia, realizaron una espectacular operación policial contra una red organizada saldándose con la intervención de más de 6.100 kilogramos de resina de hachís y la detención de seis miembros de una trama internacional dedicada al narcotráfico a gran escala. Una operación, que tuvo a la larga una gran proyección para el desempeño profesional de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en su permanente lucha contra el tráfico de drogas en la provincia de Almería. Unos meses más tarde, una ramificación de esta red, distribuidores a menor escala en otras provincias, fue desmantelada en El Ejido, siendo arrestadas otras siete personas al tiempo que la Policía "quemaba"- inutilizaba- una pequeña nave industrial ubicada en el extrarradio de la población utilizada como "guardería"- lugar donde se esconde la droga- hasta el momento de darle salida. Esta red tenía importantes conexiones con otras de origen marroquíes cuyo campo de operaciones se centraban en las provincias de Almería y Murcia. La importancia de la "Operación Retama" supuso un antes y un después en la pagina negra del narcotráfico en nuestra provincia.

La investigación en torno a esta organización dio comienzo a principios de año por parte de los componentes de la UDICO y del SVA quienes, a través de las pesquisas que se venían realizando tuvieron conocimiento de que esa madrugada se iba a realizar el desembarco de una importante cantidad de sustancia estupefaciente en la playa de la barriada almeriense de Retamar. El punto exacto no estaba determinado. Los traficantes tenían estudiado minuciosamente el plan y por seguridad, para evitar "los pinchazos" telefónicos cambiaban frecuentemente de teléfonos de prepago así como de los vehículos que habitualmente venían alquilando en otras provincias españolas. La "Operación Retama" se activó en torno a las once y media de la noche, cuando un helicóptero del Servicio de Vigilancia Aduanera detectó a la primera de las lanchas navegando rumbo a las costas almerienses con las luces apagadas a unas treinta millas al sur del faro de Sabinal.

La investigación nodejaba claro en quépunto tendría lugar el desembarco

La Policía, tenía estrechamente controlado a uno de los promotores del desembarco por lo que en unión del Servicio de Vigilancia Aduanera, se activó un dispositivo de detección del alijo en la playa. Sobre las 12´30 de la noche los agentes advirtieron una inusitada presencia de vehículo en los alrededores de la ermita de Torregarcía y en las vías e intersecciones de acceso a la zona.

Alrededor de las dos y media de la madrugada observaron desde distintos puntos estratégicos y a través de los visores nocturnos como dos embarcaciones neumáticas de unos ocho metros de eslora y con las luces apagadas, se aproximaban a lenta velocidad a la costa. La tensión iba en aumento, por que no veía por la zona a los presuntos "destinatarios". Pasaron unos minutos y de pronto de entre las sombras aparecieron en la playa una docena de personas que hasta el momento se encontraban ocultos y que precipitadamente se dirigían al encuentro de las embarcaciones. Al tiempo un camión previamente estacionado en los alrededores, tomaba posiciones a escasos metros de la línea litoral a escasamente unos doscientos metros del fortín de Casafuertes, antiguo cuartel de la Guardia Civil.

Ordenadamente y formando una cadena los individuos comenzaron a descargar de las lanchas los fardos de droga para ir introduciéndolos en el camión, cuyo vehículo una vez completada la carga inició la marcha atrás para dirigirse hasta el paseo del Toyo en dirección a la carretera nacional 342. Antes de llegar a la rotonda del cruce de Cabo de Gata, dos vehículos camuflados alertados por los compañeros de la playa a la espera de echarle mano a "los portadores" intentaron interceptar el vehículo. El conductor haciendo caso omiso a las indicaciones dadas por los policías, aceleró la marcha embistiendo a uno de los vehículos sin que afortunadamente los policías fuesen arrollados. No obstante la huida duró poco y a punta de pistola el conductor del camión fue obligado a detenerse. El sujeto, viendo la situación, saltó de la cabina huyendo a campo través siendo finalmente interceptado por otra dotación que acudía en apoyo a los compañeros. Los cuatro ocupantes de las dos lanchas rápidas, al parecer de origen magrebí lograron escapar a toda maquina nada mas soltar el ultimo fardo y antes de que comenzase la intervención policial.

Los detenidos fueron conducidos a Comisaría, donde fueron aislados en los calabozos, al tiempo que se empezaba el recuento de la droga. En el camión se hallaron un total de 203 fardos de unos 25-30 kilos recubiertos con saco de arpillera y cinta aislante que arrojaron un peso de 6.100 kilos de hachís. Entre el material intervenido a los narcotraficantes se encontraban nueve teléfonos móviles y diverso material de comunicación estilo "walkie-talkies", varias bufandas y pasamontañas, pudiendo comprobarse por parte de los funcionarios policiales que el camión había sido robado a su legítimo propietario días antes, y que el vehículo llevaba placas de matrícula falsas para evitar ser detectado como sustraído por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

Los seis detenidos fueron identificados como Antonio G.R. y Francisco David C.R., ambos de veinticinco años de edad y sin antecedentes policiales; Sergio H.G., de veintinueve años y con antecedentes policiales por tráfico de drogas; Antonio L.R., de veinticinco años de edad y con antecedentes varios vecinos de Adra y El Ejido; Cornelius S. ciudadano rumano indocumentado- todos ellos detenidos cuando se disponían a abandonar el lugar de alijo- y José Antonio F.P., de veintiséis años también con antecedentes policiales y conductor del camión que contenía los fardos e intentó arrollar a los funcionarios policiales. Esta operación policial puso nerviosos a otras organizaciones con base itinerante en la provincia de Almería quienes durante más de seis meses estuvieron inoperativos por la zona. Recordemos que en la década de los años ochenta y noventa en la provincia de Almería se produjeron récords de incautación de hachís superándose en ocasiones los 100.000 kilos anuales, cantidades que actualmente ya son difíciles de intervenir ya que los traficantes van modificando rutas y utilizan nuevos métodos ante el blindaje de las costas almerienses por el SIVE de la Guardia Civil lo que está provocando el desvío de estos desembarcos hacia otras provincias.

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