Almería

Las vacaciones hacen acto de presencia en el litoral almeriense

  • A pesar de la situación económica, este año se han llenado las playas de la provincia · La de El Zapillo está entre las preferidas

Con la llegada del verano llegan las esperadas vacaciones y la gente en Almería acude rauda a las diferentes playas. La risa de los más pequeños colma el aire de alegría mientras sus padres sus y abuelos los observan. El aire está impregnado de un sabor a sal y la arena se encuentra abarrotada de las personas que tienen la suerte de encontrarse de vacaciones.

El Zapillo, en la capital, es una de las favoritas de los turistas, pues se encuentran cerca de los hoteles donde pernoctan o de las casas de amigos y familiares que les hacen un hueco en su merecido asueto.

A pesar de la situación económica que vivimos en el país y fuera de sus fronteras, el número de visitantes no se ha visto aminorado. Es el caso de Christian y de Laura, una pareja argentina, afincada en Madrid, que han decidido tomarse unos días de vacaciones en la capital gracias a que un familiar de él les ha albergado en su piso cerca de la playa. En su caso es el primer año que veranean en Almería pero, por sus palabras no será el último, "el Paseo Marítimo es precioso, hay buen ambiente en esta zona tanto de noche como de día, creo que el año que viene volveremos a visitar la ciudad", afirma Christian.

Pero Almería no es sólo playa porque los visitantes desean conocer los secretos de la urbe. Es el caso de Laura, "hace tiempo que no veraneábamos y nos apetecía ir a una playa ya que vivimos en Madrid, además nos sale bien de precio porque nos hospedamos en casa de un familiar". Laura afirma que "queremos visitar el casco antiguo y las calles con tiendas porque nos han asegurado que la ciudad está quedando muy bonita con las obras".

A nuestras costas acuden otros turistas exóticos, quedando maravillados ante las diferencias entre su país y el nuestro. Mariana es rumana y viene con su hijo Alexandro de vacaciones. Para los dos, Almería era un lugar totalmente diferente de su ciudad natal, una pequeña población al sur de Bucarest, la capital de Rumania. Ellos han visto pocas veces el mar y Mariana cuenta que "cuesta dinero acceder a las playas en mi país, además, aquí las calles y parques están mucho más limpios". Alex comenta que "la arena de aquí es mucho más bonita y no está sucia, me gusta mucho el agua porque no esta fría."

Sin embargo no todo es de color de rosa, ya que algunos vecinos se quejan de que existen manchas de grasa o de aceite que se desplazan cerca de la orilla desde el Puerto de Almería y de la cantidad de cartones y botellas de plástico que ensucian las rocas y en los espigones de cemento situados en la orilla.

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