La Consejería de Salud y Familias realizará este miércoles y jueves por la mañana en la prisión provincial almeriense de El Acebuche la administración de las primera dosis a la población penitenciaria que en estos momentos es de 843 internos, dejando para la próxima semana los 43 dependientes del Centro de Inserción Social (CIS) del sector 20 y otros 61 que permanecen en casa con sistemas de control telemáticos. Los funcionarios ya recibieron el pinchazo de AstraZeneca en la primera quincena de marzo, con contadas excepciones de personal que se encontraba de baja y han recibido la vacuna en los últimos días, y está previsto que completen la inmunización entre el 10 y 25 de junio.

Ahora es el turno de los más de 800 encarcelados que recibirán este miércoles las primeras dosis de Janssen administradas por los propios sanitarios del centro penitenciario con el apoyo logístico y en la gestión del personal del Servicio Andaluz de Salud (SAS) responsable de la custodia e inventario de los lotes y viales. En esta ocasión será una enfermera de dilatada trayectoria profesional, Inma Hernández, coordinadora de la Unidad de Gestión Clínica de Urgencias de Distrito Almería, la que se encargue de la formación de los cinco enfermeros de la prisión y de realizar el registro en el historial del paciente del sistema Diraya del SAS. De manera previa al pinchazo de la inmunización conocerán en una charla los efectos secundarios y reacciones que puede conllevar la vacunación contra la COVID-19.

Hasta finales de enero con el estallido de contagios de la tercera ola, El Acebuche había permanecido como espacio libre de coronavirus, una de las pocas prisiones de todo el país que habían permanecido ajenas a la propagación de la infección del SARS-CoV-2 en base a las medidas preventivas que se han venido aplicando a rajatabla desde el comienzo de la pandemia, si bien el virus se coló a través de los profesores del módulo educativo. Fueron aislados en torno a 70 internos en sus celdas y se interrumpieron los contactos dentro del centro penitenciario y también las relaciones con el exterior.

En un par de semanas logró atajarse el brote y se volvió a mantener la cárcel como espacio seguro sustituyendo las visitas y 'vis a vis' por videollamadas y comunicaciones orales con una pantalla que separa al interno del visitante. También se realizó una cuarentena preventiva en el CIS Manuel Pérez Ortega, situado en el polígono sector 20 de la capital, tras la llegada de un preso contagiado procedente de otro centro penitenciario de la comunidad.