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Riesgo de nostalgia

  • Corona comparece para hablar del Lugo pero la rueda de prensa se focaliza en el adiós de Soriano y su extrañeza por la reacción de la grada.

  • "A unos nos pesaría más y a otros menos".

Corona

Corona / Javier Alonso

Dar portazo al pasado reciente con las heridas todavía en carne viva no es tarea sencilla y pese a que Miguel Ángel Corona hizo ayer el esfuerzo de eludir el serio riesgo de caer en la nostalgia, lo cierto es que el nombre de Fernando Soriano protagonizó gran parte de su comparecencia ante los medios.

El capitán volvió a ejercer como tal dando la cara en una semana complicada, con técnico interino al frente del grupo, al que el talaverano no dudó en respaldar: "Igual él es la persona indicada para levantar esto. Vamos a apoyarle en todo lo que sea posible".

Fue una de las escasas concesiones al futuro, ya que la mayor parte de la cita pivotó en torno a los acontecimientos posteriores a la dura derrota frente al UCAM Murcia: "No voy a poner paños calientes, los peores jugadores somos nosotros, pero si me dices que voy a vivir una situación como la del domingo ante el UCAM, no me lo hubiera creído. ¡Coreando los pases del rival! Hay que recuperar la convicción, la fe y la unión si queremos salir de abajo. Esa es mi receta. Nunca me podría imaginar que parte de nuestro público dedicara olés al equipo rival, pero estamos a tiempo de cambiarlo".

Amigo personal de Soriano más allá de su relación profesional, el '15' rojiblanco no podía entender que al maño se le dedicasen cánticos de ¡vete ya! desde el graderío Mediterráneo: "Estamos sufriendo, pero de ahí a que existan circunstancias como la del domingo, perdiendo de vista a emblemas nuestros como Soriano, no me lo creía. No me esperaba una despedida así de un símbolo del club. Tienen sus motivos y nos pueden criticar, aunque se rebasó una línea desagradable y se está rompiendo el lazo que unió Soriano hace unos meses con una agónica permanencia".

El fútbol está construido de grandezas y miserias y Corona admite su gran pesar por la marcha de quien fuera su compañero y gran valedor en su regreso desde Australia: "Entiendo que a unos nos pesaría más y a otros menos. Nunca es agradable la destitución de un entrenador y, en mi caso, con la relación que tenía con él, mucho más. Un despido siempre indica que no estás haciendo las cosas bien y es el reflejo de un mal año. En mi conciencia me pesa la marcha de Soriano, independientemente del vínculo que podamos tener".

Poseedor de una capacidad analítica y un juicio crítico al alcance de pocos futbolistas, Corona no quiso entrar al trapo acerca de si había existido o no una campaña orquestada, más allá de sus demoledores números en contra, para favorecer la destitución del técnico de Alfamén: "Esa persona fue el catalizador de toda la fe del entorno hace ocho meses, pero no quiero entrar en manipulaciones ni campañas. Se fue injusto y he sido claro, conciso y directo en cuanto a mi valoración de lo que sucedió el domingo. Cada uno conocerá su trabajo, yo conozco el mío, no el resto de oficios. No entro a comparar lo que se hace desde otras profesiones porque no son las mías, desconozco los ingredientes que llevaron a esa situación en el estadio, vosotros sois analistas".

Corona puso el símil de la jornada 38 el curso pasado, cuando Soriano cogió el equipo a 3 puntos de la salvación tras sumar Gorosito 26 en 20 jornadas y allanar el camino: "Aquello sería un regalo ahora. Este momento es comparable a entonces, cuando nadie apostaba por nosotros. La situación es crítica y lo asumimos". La pregunta retórica es, ¿quién ha generado esa situación crítica?

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