laliga 1|2|3

Una incongruencia total (2-1)

  • Otra vez al descenso después de regalar otro partido a un rival tan flojo como hundido con el 0-1. Incomprensible que en una situación clasificatoria tan nefasta Ximo y Puertas no jueguen 

Álex Ortiz remata en área pequeña.

Álex Ortiz remata en área pequeña. / LOF

 Está el recurso fácil de achacar al árbitro o la mala suerte todos los problemas, lo que comúnmente se conoce como engañabobos, o el complicado y realista, que es darse cuenta de que los males del equipo son muchos, están enquistados y no van camino de arreglarse. Si van a leer esta crónica, tengan claro que se escribe desde la segunda tesis, porque el partido de ayer fue el colmo de los colmos de un año esperpéntico, de un 2016 que da un buen bofetón en la cara no ya al equipo, sino al club para que se de cuenta de una vez por todas que va camino del fracaso. Fue penalti a Azeez, sí; no fue la falta lateral que dio origen al 21, no. El árbitro era muy malo, horrible, a la altura de dos equipos como Mirandés y Almería . Sin embargo, no fue quien levantó a los jugadores locales del suelo cuando el marcador iluminaba un 0-1; tampoco impidió que se marcara a Guarrotxena, constantemente solo en el balón parado en el segundo palo y que iba a significar el empate; ni tan siquiera empujó a Dimanka, para que perdiera el marcaje sobre Mesa en el 2-1. Y por supuesto, no se le vio defender la meta de Roberto en los minutos finales, tal y como no supieron hacer los rojiblancos con la de Casto, el más sangrante de todos los males que ayer volvieron a acuciar al Almería . En fin, que parece que el nuevo batacazo a domicilio no fue sólo culpa del árbitro. Las cosas no salen bien porque no se hacen bien desde la base. Es imposible construir no ya una casa, sino un simple mueble del IKEA, cuando no hay las herramientas están oxidadas y las instrucciones vienen en un idioma que nadie entiende. Con todas las alineaciones, con todas las variables, con la mayoría de sus hombres en el equipo titular, el Almería  ha ido regalando puntos por los diferentes campos de España. Con todas. Sin embargo, esto no explica que dos hombres indiscutibles hasta el momento, no jugaran un partido tan importante como el de ayer. Conociendo cómo funciona este club y cómo actúa una vez sí y otra también, suena a berrinche por no renovar que Ximo y Puertas no estuvieran  ayer sobre el césped. Hayan entrenado  mejor o peor, estén más o menos centrados, entren con la pierna a por todas o retraídas, lo cierto es que no se iba a contar con dos puntales, con la banda derecha tituar. Y punto. ¿Es normal? Por desgracia, en el Almería  es habitual. No se perdió el partido por esto, faltaría más, pero si a las pésimas sensaciones que transmite el equipo, se le juntan estas decisiones incongruentes, esto es peor que el Trece Rúe del Percebe, es un manicomio futbolístico. Sin hacer nada del otro mundo, solo teniendo las líneas bien colocadas y mostrando seriedad,  mantuvo en línea al Mirandés y se adelantó con un gran pase entre líneas de Juanjo al desmarque y chut de Quique. Ahí comenzó el nuevo despelote, con 0-1 en el marcador y un rival deshilachado, el Almería  volvió a ser el Almería  foráneo de siempre. Fallos en las marcas, inconsistencia, faltas que no vienen a cuento con los contrincantes de espaldas, gilicórners, intentos de contraataques basados en la ansiedad y no en la calidad... Y por supuesto, incapacidad a la hora de defender el balón parado. Entre excusa y excusa, con la afición endemoniada, se acaba 2016 en la zona de descenso.

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