La opinión invitada

Agustín González Sánchez

Andalucía debe defender la norma de calidad del ibérico frente a Castilla y León

Intereses particulares en juego.

Alo largo de los dos años de intensas negociaciones entre comunidades autónomas, Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) y todos los sectores implicados para intentar consensuar una norma para el ibérico que aunara todos los intereses, Castilla y León fue siempre la nota discordante.

Pese a todo y gracias a que desde Andalucía tuvimos una sola voz, logramos, tras muchas reuniones, que el texto normativo finalmente aprobado recogiera muchas de nuestras peticiones, quedando todos bastante satisfechos con el resultado y con el trabajo realizado desde la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural y desde el propio Ministerio.

Fue así como el 11 de enero, el Boletín Oficial de Estado (BOE) publicaba el Real Decreto 4/2014, por el que se aprobaba la norma de calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibérico, al objeto de preservar uno de los productos estrella de la gastronomía española, como es el cerdo ibérico puro de bellota, del que tenemos prácticamente la exclusiva mundial y que en los últimos años ha experimentado un descenso preocupante a nivel nacional, fundamentalmente en Andalucía, principal zona productora con aproximadamente 70% del censo español.

Sólo en nuestra región, la cabaña ganadera de cerdo ibérico puro de bellota ha mermado un 60% en los últimos cinco años (2008-2013), una situación que pone en peligro no sólo su viabilidad sino también la del ecosistema donde se cría, la dehesa, que en Andalucía suma 1,2 millones de hectáreas y cuya sostenibilidad depende, en buena parte, del cerdo de raza ibérica. De hecho, no se puede entender el futuro de la dehesa sin cerdo ibérico, ni el del cerdo ibérico sin dehesa.

Es por ello que desde Faeca defendíamos una nueva norma que llamara a las cosas por su nombre y por tanto, más transparente, a través de la cual pudiéramos proteger la raza ibérica, la dehesa, la rentabilidad de los ganaderos con mayores costes de producción y, por encima de todo, los intereses de los consumidores a quienes les estaban dando, en muchos casos, gato por liebre.

La excesiva oferta de productos derivados de cerdos cruzados con ibérico y alimentados a base de pienso, así como la dificultad para diferenciar unos productos de otros, debido a la laxitud de la norma anterior de 2007, han puesto en serios aprietos económicos a los ganaderos de cerdo ibérico 100%, muchos de los cuales han optado por abandonar la actividad, amenazando la continuidad de la raza y el prestigio de los productos derivados de cerdos ibéricos de bellota.

El porqué es muy sencillo. No es lo mismo un cerdo que otro. Son productos diferentes sometidos a procesos productivos distintos. Mientras los cerdos de raza ibérica son criados de forma extensiva en la dehesa y sus cualidades organolépticas son las apreciadas y valoradas en todo el mundo, los animales cruzados de ibérico suelen engordar en granjas mediante métodos intensivos a base de pienso, tardan mucho menos tiempo en ganar peso, ofreciendo mayores rendimientos por pieza, lo que significa que sus costes de producción son considerablemente menores y las características organolépticas de sus productos distintas.

Esta misma explicación sirve para entender por qué Castilla y León, cuya agroindustria y sus intereses comerciales dependen del segundo sistema productivo, se opuso desde el primer momento a una norma de calidad clara y transparente, como es la que finalmente se aprobó y se publicó. Igualmente, esta es la razón por la que desde su Gobierno, así como desde sus organizaciones agrarias y asociaciones ganaderas se han presentado ahora sendos contenciosos administrativos contra el Real Decreto 4/2014, un hecho ante el que Faeca no ha podido permanecer impasible.

Por tanto, esta federación se ha personado en el proceso para defender la legalidad de la norma actual contra la impugnación que pretende Castilla y León. Asimismo, se ha dirigido a la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía para solicitar el máximo apoyo, a fin de preservar el texto normativo actual que tanto esfuerzo ha conllevado y, por ende, el futuro del cerdo ibérico 100% y del maravilloso y único ecosistema que es la dehesa, y que en Andalucía tenemos el privilegio de albergar.

Para terminar, sólo unas cifras que ponen de relieve la importancia del sector en Andalucía, la región con mayor potencial en la producción de porcino ibérico de montanera: 5.500 explotaciones de porcino extensivo, 200.000 animales, así como 20.000 puestos de trabajo directos e indirectos que dependen de las granjas, la agroindustria y las empresas auxiliares ligadas a su actividad. En definitiva, motivos tenemos y muchos para, entre todos, impedir que Castilla y León se salga con la suya.

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