Bendodo, general de los Marines… y otros disfraces

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Bendodo ha mantenido esta semana como tuit fijado una charla suya con OK Diario. No parece, en principio, que dé para los Pulitzer; pero no hay que descartar que sí sea finalista de los Premios Andalucía de Periodismo. El diario edita una palabras para las redes de las que el todopoderoso consejero de la Presidencia parece estar muy orgulloso: "Para que todo el mundo lo entienda, nosotros, cuando llegamos al Palacio de San Telmo, es como en las películas cuando llegaban los marines americanos a los palacios de Sadam Hussein después de haber ganado la guerra al ejército irakí y la guardia revolucionaria, ¡igual!". ¿A qué clase de gente pensará Bendodo que se dirige para empezar con un "para que todo el mundo lo entienda"? En fin, ni que explicar su entrada en San Telmo sea como explicar E=mc2 o P=NP, y más si va a acabar diciendo cosas tipo "mangazo gordo". Ese es el nivel.

Sí, el cambio en la Junta fue un momentazo; pero de ahí a compararse con los marines en Irak, viéndose como ejército de liberación de un sistema totalitario y sanguinario, hombre, parece una comparación excesiva incluso para Bendodo. Equiparar San Telmo con los palacios de la satrapía… en fin, una pendejada. Se esperaba que la nueva Administración levantase alfombras, abriera cajones, sacara asuntos turbios de la larga etapa socialista con transparencia y rigor documental… pero no, parece que se imponen los titulares sin documentar en las ruedas de prensa o estas gracietas de recreo escolar. Y extrañamente Bendodo prefiere anteponer estas majaronadas a la oferta de empleo público o a las medidas de su Gobierno. Alguien quizá desvelará alguna vez por qué el consejero de la Presidencia se dedica a esto en lugar de ejercer, como dice Juan Marín, su vicepresidencia.

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Vox apura su campaña triunfal, con la anuencia de sus socios y también de sus rivales. Ahí está lo de Rocío Monasterio ante un centro de menores extranjeros no acompañados de Sevilla para colocarlos en el objetivo de sus huestes. Más que caer bajo, es tocar fondo, usando a los menores para ofrecerse como garantes de "la protección del derecho del españolito de a pie a caminar con tranquilidad sin ser asaltado por una manada de menas". Tanto que incluso Rocío Ruiz, la consejera de Igualdad, ha considerado que debía intervenir: "No todo vale en campaña electoral". Por supuesto, la operación de marketing de Vox es "inmoral" como dice la consejera, pero el asunto tiene sus aristas: esos son los socios parlamentarios con los que Ciudadanos, el partido de la consejera Ruiz, ha pactado los presupuestos destinando miles de euros a "contener conflictos" de esos menores aun siendo inexistentes según los datos oficiales del propio Gobierno andaluz. Es decir, critican a Monasterio y a la vez le financian su relato.

A saber si Rocío Ruiz, subcapitana de los liberales ibéricos, tuiteaba eso en realidad para desviar los focos hacia Vox y alejarlos de la polémica de los enchufes en su consejería. En todo caso, sí que parece que a Ciudadanos se le ha hecho demasiado tarde para marcar distancia. Los antiguos liberales unido su suerte a la marca de ‘las tres derechas’, arrastrados junto a Vox por el PP en demasiados sitios. Claro que quizá eso no les impida tener momentos de vergüenza, no como Bendodo, que no tiene nada que objetar a la estrategia de Vox: "Todo los partidos tienen derecho a hacer campaña, cada uno la hace donde considere oportuno". El general de los Marines del PP andaluz sabe quiénes son los malos, los verdaderos perros de Sadam, y ahí no incluye a los buenos muchachos de Vox.

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El PSOE andaluz retuitea a destajo los tuits de Ferraz –ahora que son más sanchistas que el propio Sánchez, el Fiscal en Jefe– con los que reclaman para el 10N "un Gobierno progresista fuerte y estable" entre ironías sobre los pactos. En fin, está claro que si algo le molesta a Sánchez es tener que pactar. Y aquí estamos, en una repetición electoral, a ver si esta vez al señor Sánchez esta vez le resulta más cómoda la aritmética y no le quita el sueño.

Pero no se va a librar de los pactos. En un escenario multipartidista, cualquier solución será, sí o sí, mediante pacto. Y considerando eso, ¿en qué "Gobierno progresista, fuerte y estable " estarán pensando?

¿Progresista, fuerte y estable como en 2015 y 2016 al pactar con Ciudadanos? ¿Progresista, fuerte y estable como al rectificar y sostener que el aliado natural era Iglesias y Podemos?¿Progresista, fuerte y estable como al decir "no es no" a facilitar el gobierno de la lista más votada? ¿Progresista, fuerte y estable como en la moción de 2018 incluyendo a indepes en la ecuación? ¿Progresista, fuerte y estable como al gritar con Rivera no? ¿Progresista, fuerte y estable como al sugerir con Rivera sí para sumar 180? ?¿Progresista, fuerte y estable como al pedir que se facilite el gobierno a la lista más votada?¿Progresista, fuerte y estable como al negarse a pactar con Podemos por considerarlo una pesadilla? ¿Progresista, fuerte y estable como al sugerir una aritmética de Gran Coalición con el PP? La verdad es que no es fácil saber qué clase de "progresista, fuerte y estable" toca ahora. Lo que sí es seguro es que, sea cual sea la solución, sin duda será calificado de "progresista, fuerte y estable".

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