Agentes de la Guardia Civil han desarticulado una banda dedicada al robo en cortijos y chalés integrada por 13 personas de nacionalidad rumana, que actuaron en las provincias de Cádiz, Córdoba y Málaga.

Según indicó el Instituto Armado en un comunicado, las investigaciones que condujeron al desmantelamiento de esta trama comenzaron meses atrás por parte de investigadores de la Guardia Civil en Cádiz, para esclarecer una serie de robos perpetrados, algunos de ellos con uso de la intimidación, en diversas fincas y propiedades de la comarca de la Sierra gaditana.

Así, los miembros de la Unidad de Policía Judicial de la Comandancia de Cádiz lograron establecer que los ladrones solían aprovechar la celebración de mercados ambulantes y ferias para desplazarse hasta las zonas donde planeaban cometer sus fechorías.

Posteriormente, tras semanas de intensa vigilancia se logró obtener información que permitió establecer la identidad de algunos de los imputados y seguirles hasta un establecimiento de restauración, ubicado en un polígono industrial de Lucena (Córdoba), en cuya primera planta se alojaban la mayoría de los ahora detenidos.

Además, posteriores pesquisas realizadas conjuntamente con fuerzas de las comandancias de Córdoba y Málaga, permitieron establecer que otros implicados residían en distintos domicilios de los municipios cordobeses de Lucena y Castro del Río, así como de la localidad de Mollina (Málaga).

Una vez provistos de las correspondientes órdenes judiciales de registros, los miembros del citado Instituto Armado procedieron en las últimas horas a realizar dos registros en Lucena y uno en Mollina donde se recuperó abundante material sustraído en los distintos golpes, así como el herramental utilizado para cometer los delitos y una importante cantidad de dinero en efectivo.

Así, los efectivos de la Guardia Civil detuvieron en Lucena (Córdoba) a nueve personas, entre ellas un menor de 17 años de edad, a otro más en la población cordobesa de Castro del Río y a tres en la localidad malagueña de Mollina. Todos los detenidos son de nacionalidad rumana y sólo tres de ellos tenían autorización concedida para residir temporalmente en España.