Barómetro Joly · Febrero 2014

Pocos brotes verdes

  • Tres de cada cuatro consultados no aprecian síntoma alguno de recuperación económica, aunque la situación de desánimo total de 2013 comienza a mejorar ahora.

La situación de desánimo total que el Barómetro Joly recogía en febrero de 2013 ha comenzado a mejorar, pero muy levemente: en algunos hogares están más esperanzados o, al menos, se asegura que ahora están mejor que hace un año; también hay más sondeados satisfechos con la vida en Andalucía, pero, aun así, lo que describe esta encuesta es un pesimismo general en medio de una crisis que la mayoría piensa que es casi perenne. Un 74,8% de los encuestados no aprecian los síntomas de recuperación económica que sí muestran algunas variables económicas. La Comisión Europea, por ejemplo, prevé que la economía española crecerá un 1% en 2014, ha disminuido el precio que se paga por la deuda, siguen aumentando las exportaciones, suben las ventas de vehículos e, incluso, la destrucción de empleo se ha frenado. Sin embargo, una mayoría amplia de andaluces no dudan en contestar que no tiene motivos para pensar que está saliendo de la crisis. Sólo un 24,3% se muestra optimista.

Es más, cuando a los sondeados se les interroga por la fecha de la salida de la crisis, la opinión mayoritaria es que ésta, si llega, no se producirá antes de cuatro o cinco años. Un 60% mantiene que queda mucho tiempo, y esta actitud es mayoritaria entre los votantes de todos los partidos. Es como si los encuestados se acostumbrasen a vivir en una suerte de crisis permanente. Sólo un 7% confía en que, como mantiene el Gobierno central, la crisis finalizará a lo largo de 2014, en cuyo último semestre se comenzaría a crear empleo. Un 31% pospone la fecha de salida a un plazo de dos o tres años.

Esta percepción de la mejora de la crisis es importante por cuanto el Gobierno de Mariano Rajoy concibe este año como el de la recuperación. Sobre el papel, España ha dejado atrás la recesión, aunque el crecimiento es aún muy débil. De hecho, los sondeados que votan al PP son los más optimistas. Un 47% sí cree que se comienza a salir de la crisis frente a un 51,2% que no lo ve. El mayor porcentaje de quienes no aprecian mejoría es el de los votantes de IU: casi un 90%, una cifra que baja al 85% si se trata de votantes socialistas.

No obstante, el ánimo de los encuestados sí varía respecto a 2013, que fue el peor año de la crisis. De este modo, aquellos que califican de mala la situación económica de Andalucía han pasado en estos meses de suponer un 92,8% a un 87,6%, y los que indican que es buena suben del 3% al 3,8%. Estos cambios son más notables cuando a los sondeados se les pregunta por lo que ocurre en sus hogares. De este modo, un 55% asegura que en su casa se vive ahora peor que hace un año, cuando en 2011 este porcentaje estaba en el 70%. Del mismo modo, suben hasta un 36,6% aquellos para los que la situación económica de sus hogares ha mejorado.

También ha disminuido el porcentaje de hogares donde se piensa que el año próximo se vivirá peor: un 19,7% cuando en 2013 era el 27,8%. Ahora son mayoría quienes creen que dentro de 12 meses tendrán una situación similar o mejor en sus hogares: suman el 76%.

Algo parecido ocurre con la pregunta de satisfacción con la vida en Andalucía. Ésta es mucho más general porque no sólo atañe a la economía, sino a la vida en su totalidad. Antes de la crisis, los niveles de satisfacción eran altísimos, de en torno al 70%, lo que parecía indicar que los andaluces, tal como mantiene, el tópico son felices por naturaleza. Sin embargo, todo cambió, y ahora son mayoría quienes admiten sentirse insatisfechos en Andalucía. Un 53,8% asegura sentirse así frente a un 45,9% que sí está satisfecho. Aunque el dato es demoledor, puesto que recoge un amplio malestar en la población, lo era peor en 2013, cuando un 57% se declaraba insatisfecho.

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