Andalucía

Los detectives constatan que empleados de Gordillo alteraron recetas a su favor

  • Verifican que la imputada cambió a una usuaria dos prescripciones selladas por otras de un talonario propio. Vestía con chaqueta blanca, como un sanitario. La víctima denunció el episodio.

Personal de Ortopedia Gordillo, ataviado con bata blanca y campando a sus anchas por pasillos, habitaciones y dependencias reservadas a sanitarios del área de Traumatología del hospital Juan Ramón Jiménez, tratando de alterar las recetas de una usuaria (que acabó denunciando el asunto) para beneficiar a la empresa; pacientes que consideran que la empresa es una suerte de ente público, una "extensión del SAS"; comerciales atendiendo a enfermos, algo que tienen totalmente prohibido. Éstas son sólo algunas pinceladas del extenso informe elaborado por el centro de investigación privada Manel Detectives entre el 10 de abril y el 21 de junio de 2013, una documental que incluye fotografías y vídeos sobre la que se sustenta la querella presentada por dos empresarios de ortopedias onubenses.

Como adelantó ayer este periódico, el propietario de Ortopedia Gordillo, F.G.C., y dos de sus comerciales -M.J.G.M. y M.M.G.- están imputados en la causa abierta a partir de la querella por el Juzgado de Instrucción 2 de Huelva. Hoy mostramos, también en primicia y por orden cronológico, el contenido más relevante de la investigación privada.

Los detectives se acercan a las 08:45 a la central de Ortopedia Gordillo, en la calle Doctor Juan Nicolás Márquez de la capital, y preguntan que por qué hay tanta gente esperando a que abra cuando en la misma calle hay otras dos ortopedias. "La mayoría coinciden en que en los hospitales Juan Ramón Jiménez, ambulatorio Virgen de La Cinta y hospital Vázquez Díaz les han dicho que tienen que acudir a la ortopedia Gordillo para comprar o recoger los productos que les han prescrito", afirman los detectives, a los que llama la atención que "algunos de los clientes en espera, especialmente los de mayor edad, identifican esta ortopedia con una extensión del SAS, entendiendo que trabajan directamente con ellos y que les facilita los productos recetados de forma gratuita". Otros usuarios indican "no sabían si ese producto podrían adquirirlo en cualquier otra ortopedia".

La investigación se traslada al vecino hospital Juan Ramón Jiménez. Identifican a uno de los imputados, M.M.G., que compatibiliza su trabajo como comercial en Ortopedia Gordillo con el de mecánico en mantenimiento del centro hospitalario. Lleva en las manos una carpeta negra, la que habitualmente utiliza cuando trabaja para la mercantil. Los detectives constatan que su esposa fue la jefa de Enfermería en el hospital hace unos años, aunque ahora trabaja en otro centro. "Accede al despacho de la Secretaría de Traumatología; se encuentra delante de una de las mesas de trabajo" y hay "un intercambio de papeles". Los investigadores concluyen que M.M.G. está trabajando como comercial ese día, algo que tenía prohibido, puesto que el turno de guardia le correspondía a Bami Ortopedia Técnica.

Realizan una última parada en la planta de Traumatología. Preguntan a un enfermero dónde pueden adquirir una silla de ruedas con receta y "nos indica con disposición donde se encuentra Ortopedia Gordillo". En una habitación hay una chica que ha sufrido un accidente de tráfico. Sus acompañantes señalan que el hospital "siempre trabaja" con esa empresa y "piensan que hay un convenio".

El comercial y mantenedor M.M.G. conduce el Jaguar de su propiedad hasta el hospital Infanta Elena. Mantiene actividad comercial en Traumatología, afirman los investigadores, pese a que en esa semana le corresponde la guardia a Ortopedia Técnica Huelva, de La Palma del Condado.

En el área de Trauma del Juan Ramón Jiménez, otro de los imputados, la comercial M.J.G.M., viste con "una chaqueta de color blanco, similar a la que utilizan los sanitarios", y se mueve por los pasillos "con soltura, parece que forma parte del personal". El informe detalla cómo entra directamente al Estar de Enfermería a través del mostrador. Una enfermera le dice en voz alta: "Ahí tenemos cosas para ti". La mujer "se dirige al mostrador de control y de una bandeja extrae unos folios (por la forma y las averiguaciones posteriores deducimos que son historiales de los pacientes)". Hay "unas recetas sujetas con clips" a los documentos. Los detectives graban la secuencia. M.J.G.M. manipula los papeles sin que nadie le llame la atención.

Justo enfrente, en la habitación 2206, hay un joven en cama. Ella se dirige a él de lejos y le dice: "A ver muchacho que te vea, he venido, entre otras cosas, a verte". Entra en el cuarto y "manipula una inmovilizadora de rodilla que se encuentra colocada en la pierna del paciente; la baja y vuelve a colocársela". La imputada no dispone de titulación de técnico para poder tratar o siquiera tocar a un enfermo, de ahí la posible comisión de un delito de intrusismo profesional que le imputa el juez. "No parece en absoluto una comercial", afirman los detectives. Entra y sale varias veces de las dependencias, llevando y dejando documentos en un lado u otro.

En el taller del hospital, uno de los trabajadores de mantenimiento confirma a los investigadores que M.M.G. "cambia los turnos de guardia que más le interesa para poder llevar las cosas de Gordillo".

Contactan los detectives con un enfermero del Juan Ramón, quien les refiere que "el personal sanitario de la planta de Traumatología es el más afortunado del hospital, ya que la ortopedia Gordillo los agasaja con frecuencia, reuniéndolos en comidas de Navidad como este año (2012) y regalándoles aparatitos electrónicos de considerable valor y otras gratificaciones que no quiere mencionar". Este mismo enfermero apunta a que el empresario tiene trabajadores que reparan "el material devuelto por los usuarios y sobrantes que se acumula en un almacén" del hospital, "donde no hay ningún tipo de control".

De nuevo en la segunda planta, la de Trauma, hallan a M.J.G.M. Ataviada con la chaqueta blanca, discute con la familiar de un paciente mientras el personal del área "obvia la situación". Una vez que la comercial abandona la zona, los detectives hablan con la usuaria, quien cuenta a los investigadores que "una señora que pensaba que pertenecía al personal sanitario se dirige a ella y le pregunta que si tiene una receta para la ortopedia". Tras mostrarle las recetas ya firmadas y selladas, M.J.G.M. "le tira de ellas de una manera inapropiada que la hace sentir molesta" y se dispone a rellenar otras dos, pertenecientes "a un talonario de recetas propio", mientras le comunica que con las nuevas "tiene que ir a Ortopedia Gordillo". La usuaria le deja claro que irá a la que estime oportuno, ya que le han facilitado un listado de las empresas con convenio.

Finalmente, la mujer pone una queja en el Juan Ramón Jiménez por estos hechos. Una de las trabajadoras de Prestaciones escucha su relato y le dice "que los hechos son denunciables y que si en ellos estaba implicada una mujer alta y delgada de Ortopedia Gordillo". La remite a Atención a la Ciudadanía, a donde un trabajador le indica que debería "haber pedido a M.J.G.M. que se identificara y llamar a seguridad".

La denunciante recibe contestación de la dirección del centro hospitalario, un documento firmado por el director gerente del área hospitalaria en el que se disculpa por la "situación puntual" de los hechos acaecidos, indicando que se ha dado traslado de las quejas al responsable de Ortopedia Gordillo, "que se encontraba de guardia en la fecha indicada". Algo totalmente incierto, ya que el turno le correspondía a Ortopedia Camas.

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