Elecciones Andalucía

Adelante Andalucía confía ser segundo para condicionar la Presidencia de la Junta

  • Teresa Rodríguez quiere liderar el proceso sin aclarar si apoyarán a Susana Díaz en su investidura

  • Si PP y Ciudadanos suman más que el PSOE, Adelante Andalucía tendrá que votar o a un presidente socialista o a uno del bloque de derecha

  • El nuevo Parlamento podrá controlar al Gobierno en funciones desde el primer día, avalado por una reciente sentencia del Constitucional 

Teresa Rodríguez, Antonio Maíllo y Alberto Garzón, ayer en Puente Genil.

Teresa Rodríguez, Antonio Maíllo y Alberto Garzón, ayer en Puente Genil. / Salas

La fragmentación de electorado de la derecha entre tres partidos con posibilidades de entrar en el Parlamento andaluz puede provocar el efecto paradójico de que, tras el PSOE, la segunda fuerza en porcentaje de apoyos sea Adelante Andalucía. La formación de Podemos y de IU, el del tándem de titanio formado por Maíllo y Teresa Rodríguez, puede ser el segundo partido en Málaga, en Sevilla y en Cádiz, en las provincias que aportan un mayor número de escaños. En ese caso, que es que realmente busca la alianza desde el inicio de esta campaña, Teresa Rodríguez aspira a dirigir un proceso de cambio en la Junta y en el Parlamento, pero no aclara cómo negociaría una investidura de Susana Díaz.

Escoger entre Susana y la derecha

Todo dependerá del equilibrio de fuerzas. Cuanto más débil quede el PSOE, más complicado lo tendrá Teresa Rodríguez para no apoyar a Susana Díaz en la investidura. Supongamos un resultado probable de que Ciudadanos y PP sumen más escaños que el PSOE. Si Adelante Andalucía vota en contra de Susana Díaz, el bloque de derechas podría presentar después a su propio candidato. 

Si el PSOE sigue sumando más que PP y Ciudadanos, que es lo que ocurre ahora, a Díaz le bastaría con una abstención, pero Adelante Andalucía no tiene decidido ni siquiera esto.

Durante toda la campaña, Teresa Rodríguez ha rechazado al "susanismo", lo ha diferenciado del socialismo, ha dicho que "el cortijo" del PSOE "sigue apestando" y que no confía en Susana Díaz. Nada más lejano, por tanto, de un acuerdo, pero Adelante Andalucía tiene que afrontar una contradicción: el único modo de "no dejar pasar a las derechas", que es otra frase acuñada por ella, es respaldar, al menos, la elección de un presidente socialista.

Y ahí comienzan los problemas. Si las izquierdas se sientan con el PSOE a hablar después del próximo domingo, deben tener claro si quieren un acuerdo. Comenzar una negociación sin considerar este objetivo es llamarla al fracaso. Anteponer la consecución de las concesiones al propio acuerdo es el mejor modo de acabar en nada. 

Adelante Andalucía debe reflexionar antes del diálogo si, realmente, quiere buscarlo

Y si Teresa Rodríguez desconfía de Susana Díaz, no lo es menos Antonio Maíllo. No parece que este asunto vaya a provocar una división entre ellos que no se ha visto en toda la campaña electoral, han viajado juntos y no ha habido fricciones ni públicas ni privadas. nada que ver a las relaciones que Rodríguez mantiene con Pablo Iglesias.

La primera elección es el 27 de diciembre

Si PSOE y Adelante pueden sumar, deben llegar a un acuerdo previo para el 27 de diciembre, porque es el día que se constituye el Parlamento y se elige tanto al presidente de la Cámara como a los miembros de la Mesa. En ese caso, el PSOE tendría que ceder la Presidencia. Y si no hubiese acuerdo entre ellos, PP y Ciudadanos podrían unir sus votos para elegir a un presidente de uno de los dos partidos.

En caso de mayorías minoritarias, como la que se espera, la figura del presidente de la Cámara es esencial para dirigir el proceso, es él quien fecha los plenos de investidura y quien propone los candidatos a la Presidencia.

Adelante no va a alcanzar un acuerdo estable con el PSOE, ya sea un pacto de legislatura o una coalición de Gobierno, pero puede terminar por facilitar la investidura de Susana Díaz. Ahora bien, la acción de Gobierno se puede complicar si la presidenta no tienen una mayoría en la Cámara por la falta de compromiso de Adelante para ello.

Se convertiría en un Gobierno zombi, con un Parlamento que aspira no sólo a controlar, sino a gobernar. Esto ya se vio en Andalucía durante la legislatura de la pinza, y Manuel Chaves tuvo que convocar elecciones anticipadas a los dos años. 

Gobierno en funciones, bajo control

La presión del Parlamento sobre el Gobierno en funciones de Susana Díaz puede comenzar pronto. El Tribunal Constitucional ha aclarado que los gobiernos en funciones deben someterse a los controles de las cámaras legislativas, ya que lo otro supone un desprecio al equilibrio de poderes. 

El Tribunal Constitucional emitió una sentencia el pasado 14 de noviembre en el que sostiene que el Gobierno del PP vulneró durante los 10 meses que estuvo en funciones sus deberes ante el Congreso, al negarse a ser controlado. La situación es plenamente trasladable a Andalucía.

  

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