Elecciones Andalucía

El antiguo “socio preferente” del PSOE quiere liderar la alternativa naranja

  • Juan Marín no ha parado de decir que no volverá a facilitar un Gobierno de Susana Díaz.

Juan Marín cerró ayer la campaña de Ciudadanos en Sevilla.

Juan Marín cerró ayer la campaña de Ciudadanos en Sevilla. / E. Briones (EP)

Juan Marín no debe acordarse de las veces que ha dicho en esta campaña –y en la precampaña– que no piensa utilizar sus votos para que Susana Díaz gobierne. La primera vez fue el 11 de octubre, con el decreto de convocatoria electoral todavía fresco. Pese a su insistencia, en el PP no se lo creen. Y eso que gran parte de la campaña de Ciudadanos se ha basado en dejar igual de claro que quiere llegar a San Telmo de la mano de los populares. Con Marín de presidente, eso sí, pero con Juanma Moreno cerca.

El candidato naranja llega a mañana convencido de que será quien más gane cuando acabe el recuento de mañana. No le falta razón, pero es una verdad con matices. En términos numéricos, Marín está cerca de multiplicar los nueve escaños que logró en 2015, si los sondeos no le fallan. Otra cosa es que la demoscopia sea tan optimista como el propio líder de Cs.

De cómo sea el crecimiento del grupo parlamentario naranja dependerá la satisfacción de Marín, pero también de su jefe. Sólo la hiperactividad de Pablo Casado ha relegado a Albert Rivera al segundo puesto en la clasificación de líderes nacionales que más veces han cogido el AVE para cruzar Sierra Morena. La pugna de la centroderecha ha propiciado esta sobrerrepresentación de Rivera y de su lugarteniente en Cataluña, la jerezana Inés Arrimadas.

El dirigente naranja quiere aprovechar el cambio en el liderazgo del PP para colocarse como jefe de la oposición al PSOE de Pedro Sánchez. Y Andalucía es el primer enfrentamiento de la partida nacional, por más que le pese a Susana Díaz.

Sin embargo, Marín y los suyos no quieren concretar sus expectativas en una cifra y advierten que no se conforman con un buen resultado: "salimos a ganar el partido", ha repetido su candidato durante la campaña, consciente de que cuenta con un "colchón" de apoyos que, al menos a priori, le garantiza el éxito, aunque las urnas marcarán finalmente si es en mayor o menor medida.

La lectura que hacen en Ciudadanos es que la política de pactos de la pasada legislatura no le ha pasado factura. El acuerdo con el PSOE para investir y mantener a Susana Díaz en la Junta, lejos de penalizarles, ha permitido que la formación naranja se presente en esta campaña presumiendo de haber sido "oposición útil". Era un riesgo –se reconoce en el partido que preside Albert Rivera– que en aquel momento había que asumir y del que se desconocía su repercusión, pero que se ha saldado con una serie de logros en el Parlamento que han sido la columna vertebral de su campaña para el 2 de diciembre.

Cs cree que su política de pactos con el PSOE de los últimos años no les ha pasado factura.

Ahora el escenario es otro muy distinto y así lo ven en las filas naranjas, donde creen que en tres años y medio han pasado muchas cosas, tanto en el ámbito andaluz como en el nacional –donde manda el acuerdo entre PSOE y Podemos en el Gobierno– que imposibilitan ese apoyo. "Ya no es el momento de condicionar gobiernos sino de gobernar", es lo que entiende el candidato a la Junta, que traslada que la gente en la calle le pide que ahora pase a hacer él las cosas.

Además de criticar que el PP vea Andalucía como "banco de pruebas" para las elecciones generales, Ciudadanos ha situado a la comunidad y esta cita con las urnas como "punta de lanza" para el cambio en todo el país, puesto que se va a testar por primera vez el ánimo de los electores con un nuevo panorama nacional, tras la marcha de Rajoy.

Rivera de hecho ha remarcado ese mensaje: "Si damos un buen revés como se merece al PSOE en Andalucía estamos diciendo también stop a Sanchez".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios