La frase de un veterano socialista después de una serie de derrotas en una jornada en el que se tornó la victoria poco después de llegar a la sede y espetar “qué falta nos hacía una noche como ésta” se podría aplicar al encuentro con el que Juan Espadas se despidió de la campaña electoral en la provincia de Huelva, justo el día antes de los actos de cierre de la misma.

Que el Auditorio Jacobo de Barco de la Universidad de Huelva se llenara, no es tan significativo habida cuenta de lo escaso de su aforo. El ambiente sí que fue otra cosa. Con la presencia de la vicesecretaria General del PSOE, Adriana Lastra; el alcalde de la capital, Gabriel Cruz y la cabeza de cartel por la provincia de Huelva, María Márquez, los socialistas se dieron ese baño de multitudes que necesitaban. En primera fila, la secretaria general del partido en Huelva, María Eugenia Limón y la portavoz en el Senado,Eva Granados, quien se había sumado por la mañana a los ya tradicionales repartos de propaganda electoral por las calles de la capital.

“Si la derecha suma el domingo empezará a restar el derecho de los trabajadores, entre ellos derechos de las mujeres. La derecha se ríe de la violencia de género y eso es indigno para esta tierra”, señaló Lastra quien se encargó de repetir el mensaje de dique a la llegada de Vox a San Telmo que desde el PSOE se maneja como argumento central de campaña. También Cruz se lo dejó muy claro: “la próxima vez que vengas a Huelva serás el presidente de la Junta de Andalucía”. Márquez sacó genio a la hora de mostrar dos tarjetas y animó a movilizarse el domingo “por la blanca y verde, por nuestra tarjeta sanitaria, nuestro verdadero orgullo. Elige sanidad pública, no elijas la tarjeta de crédito”.

Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE en la UHU.

Los mensajes de JuanEspadas eran los especialmente dirigidos a un auditorio convencido. Al fin y al cabo, para eso son este tipo de actos. Ha ido cogiendo ritmo conforme se aproxima la cita electoral y se presenta como la única salida posible a una derecha en la que agrupa a populares y a Vox, sin distinción alguna. Así, el candidato a presidir la Junta dejó claro que “hemos tenido una travesía difícil”, pero que ahora “nos merecemos que todos los compañeros nos hayamos unido como una familia para combatir a la derecha”. La transición en el partido, se cierra. Más mensajes: “queremos una sociedad incluyente, que respete la diversidad. La derecha se cree que el poder merece la pena, aunque sea destruyendo los derechos de los ciudadanos”.

Dos formas de gobernar y de entender la política. Espadas se puso como contrapoder “a la indiferencia de la derecha” y llamó a los suyos a “acercarse a la gente”, prometiendo un gobierno “como el de los primeros de la Junta de Andalucía” a la que tuvo que mencionar a Alfonso Guerra para decir que “no la va a conocer ni la madre que la parió”. “Dignidad” y más concretamente su vuelta, fue uno de los argumentos utilizados por quien quiere convertirse “en el primer alcalde que presida la Junta”.

María Márquez con una tarjeta de crédito en una mano y la sanitaria en la otra.

Su experiencia y los antecedentes de sus rivales, especialmente a un Moreno al que obvia el segundo apellido, centraron su arremetida final en una tarde en la que, a tenor de los rostros de quienes le acompañaban en el escenario, necesitaban. Habrá que ver la respuesta hoy mismo, con la visita de Juanma Moreno a las instalaciones de Atlantic Copper, porque seguro que la habrá.

Con ello se cierra la campaña electoral en Huelva con la presencia de todos los candidatos a presidir la Junta, romería del Rocío al margen. Por aquí ya habrán pasado todos quienes están llamados a protagonizar el domingo electoral y, a buen seguro, buena parte de las semanas siguientes ante la conformación del próximo gobierno, determinado por unos resultados que pueden bailar fruto de la fragmentación y de una participación más o menos alta.

Inma Nieto, Teresa Rodríguez, Macarena Olona, Juan Marín, ayer Juan Espadas y hoy Juanma Moreno ponen fin a la presencia de líderes en una provincia que espera que se inicien al menos, buena parte de la solución a su extensa lista de problemas.