Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

No saben/No contestan

Pedir alternancia después de 40 años está muy bien, pero habría que explicar qué se quiere hacer con el cambio

Tras una precampaña de meses y una campaña anodina y adormecedora, los andaluces acudimos hoy a las urnas con una sensación una tanto difusa de para qué se nos convoca. Las encuestas dicen que Susana Díaz volverá a ganar pero que puede tener difícil lograr la investidura y formar Gobierno en un plazo razonable de tiempo. Ella ha hecho una campaña a la defensiva, consciente de que el sempiterno ciclo de poder de los socialistas en Andalucía produce cansancio y de que la marca PSOE no está en sus mejores momentos en la región. Por si ello fuera poco, arrastra una pesada mochila en forma de banquillo de los acusados en el que se sientan cada día sus dos predecesores en el Palacio de San Telmo. No es cómoda su posición y a pesar de ello todo apunta a que aguantará. ¿Una anomalía democrática o un virus que nos inocularon a los andaluces y que nos induce a comportarnos como zombis?

Seguro que no. Quizás lo más notable de la campaña que desemboca en la jornada electoral de hoy es que sabemos que los líderes que compiten con Susana Díaz nos piden a voz en grito la salida de los socialistas de la Junta como una urgencia democrática. Vale. Lo único que nos falta por saber es para qué quieren esa alternancia, porque más allá de algunos tópicos y lugares comunes tanto el Partido Popular como Ciudadanos, y no digamos la marca conjunta de Podemos e Izquierda Unida, no han presentado recetas, ni creíbles ni no creíbles, para cambiar la suerte de Andalucía en las cuestiones claves que la tienen postrada desde hace muchas décadas en el furgón de cola de las estadísticas españolas y europeas. Esto es así a no ser que consideremos un gran anuncio la bajada masiva de impuestos (BMI, con siglas y todos) del candidato Juanma Moreno sin mayores concreciones y, sobre todo, sin explicar cómo recaudando mucho menos va ser capaz de seguir abriendo todas las mañanas los colegios y los hospitales y arreglando los baches en la carreteras.

Por no bajar a lo concreto, ni siquiera han tenido un papel importante en la campaña los problemas más recurrentes en las grandes ciudades como Sevilla, que habrán aplazado supongo para las elecciones municipales. No sabemos qué harían desde la Junta con el Metro de Sevilla, cuya ampliación depende directamente de las prioridades y decisiones que adopte el Gobierno que elegimos hoy.

Pedir alternancia después de cuarenta años en el poder la misma fuerza política está muy bien, pero estaría mejor saber para qué se pide y ahí parece que nos hemos encontrado con un no saben/no contestan.

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