Andalucía

El pin parental y la marmota

  • PP y Cs confirman a Vox que no pretenden atender su petición de solicitar autorización expresa para que los alumnos acudan a actividades complementarias

Javier Imbroda, consejero de Educación y Deporte, en el Parlamento.

Javier Imbroda, consejero de Educación y Deporte, en el Parlamento.

Cada 2 de febrero, unos señores con chistera se van hasta un pueblo de Nueva Inglaterra a despertar a una marmota de su hibernación y decidir si el invierno está próximo a acabar o si durará varias semanas más. La anécdota, que tiene lugar en la impronunciable localidad de Punxsutawney, Pennsylvania, se hizo popular gracias a una comedia protagonizada por Bill Murray. El chiste es que, en la película, Murray está condenado a vivir siempre el mismo día, el 2 de febrero, con la marmota, de nombre Phil, y su predicción meteorológica.

Ayer, 5 de febrero, en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas no era invierno, pero no porque lo hubiera decidido el roedor, sino porque en España vivimos una anomalía térmica desde hace varios días. Más allá de la temperatura, hay un guión que se repite en Andalucía desde hace semanas: el debate sobre la idoneidad del pin parental en los colegios andaluces, que ayer tuvo su versión parlamentaria

Vox, que es quien plantea esta medida, exige la obligatoriedad de solicitar una autorización a los padres de los alumnos cuando éstos participan en determinadas actividades en los colegios. Consideran los socios del Gobierno andaluz que esta reclamación figura en los dos acuerdos presupuestarios que han firmado con PP y Ciudadanos y que, por lo tanto debe cumplirse. Pero, de momento, el Ejecutivo de Juanma Moreno no está dando los pasos necesarios para poner en marcha la iniciativa.

La lectura de populares y naranjas es distinta. El portavoz parlamentario del PP, José Antonio Nieto, llegó a decir antes del debate que la iniciativa incluida en el pacto ya se está cumpliendo. No hay nada que poner en marcha, aseguró. El consejero de Educación y Deporte, Javier Imbroda, fue más profuso en su explicación en sede parlamentaria. Según el político y ex seleccionador nacional de baloncesto, el ordenamiento jurídico –estatal y regional– ya garantiza que en las clases se mantenga la neutralidad política y reconoce el derecho de los padres a que se respeten sus convicciones morales y religiosas. Además, Imbroda defendió que los padres ya tienen capacidad de pronunciarse sobre las actividades que sus hijos realizan en el colegio cuando se elabora, antes de cada curso, el proyecto educativo de cada centro. “Cuando un padre matricula a su hijo en el colegio, ya está dando la autorización expresa”, sentenció Imbroda

Consciente del dolor de cabeza que puede provocar en el Gobierno el descontento de Vox, Imbroda anunció que su departamento trabajará aumentar “la transparencia” de las actividades complementarias. Para ello pondrá en marcha una web donde las familias podrán consultar qué hacen sus hijos para complementar su formación y, además, “homogeneizar” los contenidos de estas actividades a nivel regional.

Estas propuestas no son suficientes para Vox, cuyo portavoz, Alejandro Hernández, se mostró muy duro con Imbroda desde la tribuna. “Usted no ha jugado limpio”, espetó, visiblemente molesto no sólo con Ciudadanos, sino también con el PP. El asunto del pin parental en Andalucía comenzó como un choque entre los naranjas –que tienen competencias en educación e igualdad– y la formación de extrema derecha, pero la posición defendida ayer por José Antonio Nieto soliviantó al partido de Santiago Abascal.

Alejandro Hernández, portavoz de Vox, en el Parlamento Alejandro Hernández, portavoz de Vox, en el Parlamento

Alejandro Hernández, portavoz de Vox, en el Parlamento / Juan Carlos Vázquez

“No vamos a permitir que sigan adoctrinando a los niños en los colegios”, espetó Hernández después de sugerir que en determinadas actividades complementarias “se pintan a los niños varones las uñas y los labios” o se fomenta “el despertar de la curiosidad sexual”. “No sé en qué colegio han estado ellos”, ironizó en su el portavoz educativo de Adelante, José Ignacio García, quien consideró que el objetivo de Vox con su propuesta es poner en discusión consensos sociales cerrados hasta la llegada de la formación a la política andaluza.

No es extraño que los diputados de la confluencia de Podemos e IU discrepen de sus colegas de Vox. Tampoco los socialistas, como hizo Beatriz Rubiño. Lo llamativo es que, de forma tajante, lo hagan parlamentarios del PP y Ciudadanos. “Unos padres me dijeron que no veían bien que su hijo fuera a una charla sobre igualdad porque no pensaban que el hombre y la mujer sean iguales”, defendió María del Mar Sánchez, portavoz naranja en materia de educación.

Su homólogo en el PP, Miguel Ángel Ruiz, dio hasta tres argumentos para rechazar la implantación del pin parental. Lo que ya había adelantado Imbroda, se lo confirmaron los dos diputados a Alejandro Hernández, que, desde el extremo del salón de plenos, se dio cuenta que el punto 19 del acuerdo de los Presupuestos de 2019 no se va a ejecutar. Al menos no como pretende Vox. La duda es saber si esta decisión tendrá consecuencias en la estabilidad del Gobierno.

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