Andalucía

El turismo como progreso

  • Francisco Salazar es Secretario Ejecutivo de Acción Electoral del PSOE 

Turistas en la puerta del rectorado de la Universidad de Sevilla

Turistas en la puerta del rectorado de la Universidad de Sevilla

La España que queremos debe desprenderse de los complejos que han intentado imponernos durante mucho tiempo. España debe fortalecer muchos ámbitos de los que nos componen como país, pero puede sentirse orgullosa de su protagonismo internacional en un ámbito como el turismo. Nuestro país constituye una de las grandes potencias turísticas mundiales, y el Gobierno de Pedro Sánchez ha concebido el turismo sostenible como eje motor de la economía española.

En el último World Tourism Travel Council el presidente Sánchez definió el turismo como una forma de entender el mundo como un espacio abierto, tolerante y solidario. Demostró ser consciente de que la industria del turismo sufre una transformación que traerá enormes oportunidades para nuestro país si somos capaces de reorientar nuestras políticas para acometer los cambios que demandan los nuevos tiempos. Concibió, además, el turismo como elemento vertebrador de la cohesión social y territorial de España.

El turismo cuenta con una destacada fortaleza en nuestra economía. Los indicadores marcan máximos históricos. El número de turistas internacionales alcanzó los 82,8 millones de personas, un 1,1% más que en 2017. Según la Encuesta de Gasto Turístico, de enero a febrero de este año, el gasto de los turistas internacionales en sus viajes a España alcanzó los 9.357 millones de euros, con un incremento del 3,3% respecto al mismo periodo de 2018. Por su parte, los residentes en España realizaron 197,3 millones de viajes en 2018, un 1,9% más que en 2017, y gastaron un 6,4% más.

Debemos seguir aprovechando esta posición para ejercer un liderazgo basado en la cooperación, el conocimiento y la innovación, y enfocarlo a fortalecer nuestra influencia internacional impulsando los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 2030). El turismo es progreso, es innovación y debe aunar eficiencia y sostenibilidad. Ser sostenibles es la única forma de ser económicamente eficientes.

El turismo es hoy una forma de vivir experiencias, donde prima el cruce entre identidades culturales diversas, el contacto no destructivo con la realidad del destino y el interés por el modo de vida de las comunidades locales, lo que favorece un desarrollo de la industria de modo más sostenible e intercultural.

Las futuras generaciones acelerarán este proceso debido a que los jóvenes son los principales demandantes de experiencias que compartir en los medios digitales, pero también porque está cogiendo fuerza, en la agenda política, el movimiento ecologista. Debemos llevar la iniciativa en el turismo pensado para una generación que tiene otras preferencias.

Asimismo, frente a la disgregación y al aislamiento de territorios, el turismo favorece la vertebración de nuestras regiones, y permite garantizar las relaciones económicas fluidas y duraderas. Propicia, además, el intercambio de cultura, y constituye un espejo de la diversidad y singularidad específica de estas regiones. Como sector estratégico y puntero de nuestra economía, debe ser un elemento cohesionador en términos sociales y territoriales. Que la progresiva huida de las grandes ciudades en busca de destinos donde el medio natural haya sido poco modificado por el ser humano sea también una oportunidad para el mundo rural.

El turismo nos permite afrontar grandes retos, aunque también es cierto que genera sus propios desafíos. Por una parte, representa una gran oportunidad de futuro para combatir la despoblación. Nuestro país se resiente porque sus pueblos se quedan sin gente. Por eso, el Gobierno ha presentado la Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico. Nuestros municipios pueden revitalizarse gracias al turismo.

En otro sentido, el turismo conlleva aspectos negativos, y genera desigualdades. En 2018, se crearon 93.000 empleos en el sector, pero parte de estos trabajadores padecen precariedad laboral. Debemos seguir trabajando para evitar el intrusismo en el sector y regular cuestiones como las viviendas turísticas. Pensar en el futuro es cambiar la lógica del turismo como un sector que propicia un mercado laboral de mano de obra barata, y empezar a pensar en un sector de profesionales, donde la innovación a través de la tecnología, la inteligencia artificial y el big data contribuyan a reforzar la posición de liderazgo de España como modelo a seguir.

Debemos ser capaces, además, de superar la estacionalidad y limitarnos al tradicional turismo de sol y playa. Que venir a España sea una experiencia única pasa por la búsqueda de valor añadido, que no copie modelos caducos que ya han manifestado altos niveles de insostenibilidad. Contamos con la fortaleza que nos da ser una potencia en la industria turística y que debemos aprovechar para renovarnos en términos de sostenibilidad.

Nuestro modelo turístico se define en la Estrategia de Turismo Sostenible 2030. Será necesario adoptar una visión a largo plazo, que genere estabilidad en nuestro país. En este sentido, invertir en infraestructuras y en seguridad garantizará nuestro liderazgo en el sector. España no puede seguir dilatando la necesidad de actuar para afrontar retos a largo plazo que, como consecuencia de la incertidumbre política, siguen sin tratarse. Los representantes políticos están en la obligación de huir del cortoplacismo para enfrentar los retos y desafíos que nuestro país tiene por delante.

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