Bienal de Flamenco 2018

La hora del cante de mujer

  • Las novedades de la Bienal que comienza este viernes vienen de la mano del cante femenino, abanderado de la (pen)última revolución jonda

La Tremendita en un recital en Sevilla.

La Tremendita en un recital en Sevilla. / Grupo Joly.

Por muchas razones, ésta debería ser por fin, después de décadas, la Bienal del cante. Y del cante de mujer además. Del cante femenino como vanguardia. Aunque no están todas las que son, el cartel de esta edición incluye algunos de los movimientos rompedores que han devuelto al cante, después de un siglo, a la vanguardia de lo jondo. Sin prejuicios, desde la periferia flamenca, suponiendo que tal cosa exista, claro -ya que hablamos del lugar de nacimiento de, entre otros, Carmen Amaya, los Borrull, Duquende, Poveda o Cañizares-, como sería el caso de Rosalía. O desde el corazón mismo de lo jondo, desde la Triana de su infancia, en el de La Tremendita.

Rosalía cantará en el Teatro Alameda. Rosalía cantará en el Teatro Alameda.

Rosalía cantará en el Teatro Alameda. / Alex García.

Ambas intérpretes, Rosalía y La Tremendita, junto con otras artistas que no veremos este año en la Bienal (Rocío Márquez, Estrella y Soleá Morente...), han decidido dar un paso adelante en su arte, sin renunciar a la marca flamenco, porque forma parte de su ADN, pero encontrándose sin prejuicios con el jazz, el rock, la electrónica, la música contemporánea y, sobre todo, con su propia manera de entender la expresión flamenca. De lo que se trata es, no tanto de ser un eco, como de encontrar una voz propia. Recuerden aquello de Antonio Machado: “a distinguir me paro las voces de los ecos”. Es lo que siempre hicieron los intérpretes jondos: relacionarse con las músicas y lenguajes escénicos de su tiempo para buscar una voz personal. De este diálogo surgieron estilos como la guajira, la milonga, el fandango, el tango, las peteneras... Todo el repertorio jondo, en realidad.

Lo cierto es que no existe manifestación cultural que no sea la suma de tradiciones diferentes. No es sólo en el caso de Andalucía y España, por donde circula sangre íbera, romana, fenicia, cartaginesa, visigoda, árabe, negra, gitana, americana, castellana, francesa, italiana, oriental... Hablamos de cualquier manifestación cultural. Pues, al cabo, el arte, la cultura, es un diálogo entre seres humanos. Por eso, aunque fuera previsible, no deja de ser triste –por su ínfimo nivel intelectual– la discusión que ha generado en los últimos tiempos una cantaora tan interesante y poderosa como Rosalía. En el fondo de este pseudodebate late una pelea comercial por apoderarse de una marca llamada flamenco. Ello se debe, sin duda, a que la marca goza de excelente consideración. Tal vez el Gobierno debería cuestionarse la sustitución de la famosa Marca España, lamentablemente depauperada, por esta otra. La lucha por apropiarse de las señas de identidad de todos, del patrimonio común, se inició en el siglo XX, en época de posguerra y pobreza moral y física. Los hay que patrimonializan la marca flamenco como exclusiva de una etnia, una región, una clase social, un barrio e, incluso, una familia. Estos discursos totalitarios y esencialistas, que aquejan tanto a los puristas como a los puros, esto es, a los reaccionarios como a los antiflamencos, han sido superados hace décadas en las discusiones mínimamente fundadas y maduras. Pero, en fin, dirán ustedes que si los cultos ingleses tienen su Brexit, los franceses su Le Pen y los ricos estadounidenses su Trump, por qué no habríamos de tener nosotros nuestro... ponga el nombre que desee en los puntos suspensivos.

En todo caso, a nivel mundial es el momento de las mujeres poderosas. Y mujeres poderosas son las que están haciendo avanzar el flamenco hacia nuevas formas de expresión. Y, además, más difícil todavía, desde el cante, el género más entumecido de lo jondo en nuestros días. La guitarra y el baile hicieron avanzar el flamenco por caminos no transitados en las últimas décadas. Pero ésta es la hora del cante. Del cante de mujer. De mujeres jóvenes y valientes para sufrir a los intolerantes de siempre. De uno y de otro bando.Rosalía lo hizo con un procedimiento tan sencillo, porque no había una cadena que la atara, como sustituir a su guitarrista habitual por una guitarra eléctrica. Eso fue en 'Los Ángeles' (2017) su debut discográfico, aunque no su primer espectáculo. Por estos pagos la vimos acompañada por Alfredo Lagos en los Reales Alcázares, hace un par de años, y también cantando para el baile de Úrsula y Tamara López y Leo Leal en el espectáculo 'JRT'. Su nueva propuesta se llama El mal querer y está producida por la propia cantaora junto a El Guincho. En ella incorpora elementos del pop de masas de nuestra época, no sólo en los aspectos musicales sino también de la puesta en escena. Algo que aporta frescura y verdad, tierra, realidad, a lo jondo. No obstante, lo que veremos el próximo día 28 en el Teatro Alameda será un recital relativamente tradicional, con la guitarra de José Acedo.

Silvia Pérez Cruz actuará junto a Rocío Molina en 'Grito Pelao'. Silvia Pérez Cruz actuará junto a Rocío Molina en 'Grito Pelao'.

Silvia Pérez Cruz actuará junto a Rocío Molina en 'Grito Pelao'. / Grupo Joly.

La Tremendita, por su parte, se presentará en formato de trío en ese mismo teatro el próximo lunes día 10, con la batería de Pablo Martín Jones y las percusiones y programación de Daniel Suárez además del bajo y la guitarra que tocará la propia cantaora. Después de la hermosa sorpresa que supuso 'Delirium tremens' (2017), en el que la artista sevillana renovaba la música y la letra de estilos tradicionales como la soleá, la taranta o los tangos con brillantes arreglos de viento, en esta ocasión su espectáculo, titulado La fuerza, promete volver a sorprendernos por el camino del pop, el rock y la electrónica, sin olvidar la esencia jonda, naturalmente.También renovadora, en este caso del canto popular y del cante aflamencado, primero con el grupo Las Migas y luego en solitario, es la catalana Silvia Pérez Cruz. Que comparecerá el día 18 en el Teatro de la Maestranza con el espectáculo 'Grito pelao' de Rocío Molina, hoy por hoy la bailaora en mejor estado de forma, tanto física como emocional y mental, como vimos en su reciente Caída del cielo. Dado además el grado de gestación en que se encuentra la bailaora malagueña, que será madre en diciembre, la propuesta promete ser, cuanto menos, sorprendente.

Salvo estas pocas novedades, nos encontramos con una Bienal más bien nostálgica que, 'Al arte de su vuelo', retoma obras emblemáticas de ediciones anteriores como la propuesta doble de Israel Galván, que abrirá la cita en la plaza de toros con 'Arena' este viernes, y que recuperar también 'La edad de oro' el día 19, en este caso con su hermana Pastora como intérprete. María Terremoto, que contará con un recital individual en esta Bienal, había sido anunciada en un primer momento para el papel que originalmente hacía su padre en 'La edad de oro'. La edad de oro de la familia, por tanto, o la confirmación un tanto endogámica de que los que ayer fueron vanguardia hoy son clásicos y viceversa. Como siempre. Finalmente, María Terremoto será sustituida en este espectáculo por Miguel Ortega.

Isabel Bayón presenta 'Yo soy' en la Bienal. Isabel Bayón presenta 'Yo soy' en la Bienal.

Isabel Bayón presenta 'Yo soy' en la Bienal.

Otros clásicos contemporáneos del baile que veremos en esta Bienal son los Premios Nacionales de Danza Isabel Bayón y Eva Yerbabuena, programadas ambas para el día 29. Esta última presentará en el Teatro de La Maestranza 'Cuentos de azúcar', su particular homenaje a la cultura nipona, tan importante en el flamenco contemporáneo. 'Cuentos de azúcar' cuenta con la presencia, además de los colaboradores habituales de la bailaora granadina, de dos intérpretes japoneses, la cantante Anna Sato y el percusionista Kaoru Watanabe, que llevará al coliseo del Paseo Colón el sonido místico del taiko a Sevilla. Isabel Bayón por su parte estrenará en el Teatro Central 'Yo soy', una obra autobiográfica y de memoria familiar: en concreto de las mujeres de su familia. En lo que se refiere a la guitarra, lo más interesante a priori de esta Bienal serán sendos mano a mano entre dos generaciones de tocaores. El día 17, dos Giraldillos del toque como Manolo Franco y Niño de Pura, compañeros además en el Conservatorio de Córdoba, presentarán la obra a cuatro manos 'Compadres'. Y dos de los tocaores más interesantes del panorama actual, Diego del Morao y Antonio Rey, se enfrentarán amistosamente el día 23 en el espectáculo 'Guitarras de Jerez'. Ambas citas serán en el Teatro Lope de Vega.

Eva Yerbabuena actuará el día 29 en el Teatro de la Maestranza. Eva Yerbabuena actuará el día 29 en el Teatro de la Maestranza.

Eva Yerbabuena actuará el día 29 en el Teatro de la Maestranza.

En un momento en el que la guitarra flamenca se encuentra anquilosada, tras la pérdida de su referente absoluto, Paco de Lucía, estos dos jóvenes, Del Morao y Rey, han conseguido renovar y actualizar la sonanta con un discurso absolutamente personal. Desde la tradición misma que representan, ya que ambos son hijos de tocaores, hijos del toque. Tomatito, por su parte, revisitará uno de los discos míticos de Camarón, 'Viviré', del que fue protagonista. Será en el Alcázar el día 22 con Arcángel y El Duquende.

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