Cultura

Sed de baile de Jerez

Puertas adentro. XVI Bienal de flamenco. Compañía Antonio El Pipa. Dirección, coreografía y escenografía: Antonio El Pipa. Baile: Antonio El Pipa, Macarena Ramírez, Christian de los Reyes, Claudia Cruz, Natalia Meriño, Begoña Arce, Ana Ojeda y Luz María de la Era. Cante: Juana la del Pipa, María Mezcle, Gori Muñoz y Joaquín Flores, con la colaboración especial de Cancanilla de Marbella. Guitarra: Pascual de Lorca, Javi Ibáñez. Jaleos y compás: Luis de la Tota. Música original: José Luis Montón. Lugar: Teatro Lope de Vega. Fecha: Viernes, 1 de octubre. Aforo: Lleno.

Anoche, al acabar el espectáculo Puertas Adentro, el público del Lope de Vega se levantó como impelido por un resorte y aclamó literalmente a Antonio El Pipa durante casi diez minutos. La ovación más larga de esta Bienal.

El trabajo del jerezano, estrenado en 2007 y exhibido con anterioridad en Sevilla, no tiene pretensiones innovadoras sino que, de la forma más clásica, se dedica a pasear por los ritmos del flamenco con una intención argumental: llorar la muerte de Juana la del Pipa, madre del bailaor, y saludar el nacimiento de su hijo; dos hechos acaecidos casi al mismo tiempo.

Y tal vez sea esa falta de ambición, esa inocencia a la hora de plantear las escenas lo que cautivó a un público que, en cuanto al baile se refiere, lleva viendo experimentación desde el comienzo de la Bienal. En efecto, mientras la mayoría de los bailaores y bailaoras trabajan como locos para enriquecer sus vocabularios y encontrar nuevas vías de expresión, El Pipa se ha quedado en su terreno que no es otro que Jerez. Nada más y nada menos que Jerez. Y la tradición jerezana, aunque los tiempos cambien para todos, sabe poco de dramaturgias, de coreografías complicadas o de cuerpos de baile y mucho de lunares y de soniquete, de puro compás.

Por eso importa poco que el espectáculo no sea redondo. Lo que la gente se llevó de él fue la bonita música de Montón, la garganta emocionante de la tía Juana, el arte a raudales en el cante y en el baile de Cancanilla de Marbella, la sal de Macarena Ramírez, la preciosa nana de David de María cantada esta vez por María Mezcle -para todos ellos la tercera estrella de esta reseña- y el baile de Antonio, un baile lleno de estampas, por peteneras, seguiriyas, soleá... y que brilló con luz propia en los tangos de Triana y, cómo no, en las bulerías de su tierra.

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