Cultura

Las raíces de Esperanza Fernández

  • La trianera ofrece, hoy en el Lope, un recital de temas antológicos de su carrera a los que sumará una versión flamenca del clásico del jazz 'My funny Valentine'· "El flamenco se puede incluir en todas las músicas", dice

Raíces del alma, el nombre del espectáculo que Esperanza Fernández ofrece hoy en el Lope de Vega, resume la historia musical de una niña que nace en Triana en el seno de una familia gitana de larga tradición flamenca. "Recuerdo a dos señoras en casa tomando café en la mesa camilla; yo estaba por allí, jugando con mis muñecas y no sabía ni quiénes eran, pero las escuchaba cantar...", rememora la cantaora sobre la presencia temprana en su vida de Bernarda y Fernanda de Utrera. Además de estas dos exponentes del cante ortodoxo en su casa -la de Curro Fernández, su padre-, eran habituales Raimundo, Rafael y Juan José Amador, "que venían cantando sus cosas, que también era otra forma de flamenco". Y con el cante de unos y otros "me he ido impregnando de todo sin darme cuenta".

Lebrija, Utrera y Triana son las fuentes de las que bebe su raíz gitana y su innata curiosisad es la que le lleva a explorar nuevos terrenos musicales que ha ido incluyendo, de manera natural, a su repertorio. Prueba de ello es, por ejemplo, la versión que esta noche interpretará del clásico del jazz My funny Valentine. "Siempre me ha fascinado el mundo del jazz, me apetecía mucho cantarlo y el flamenco se presta porque, en el fondo, la música tiene un único lenguaje y se hace con oído, corazón y alma", explica la cantaora gitana sobre el tema que han inmortalizado las voces de Frank Sinatra o su adorada Billie Hollyday y que la de Triana interpretará traducido al español. "Yo no soy una cantante de jazz, pero voy a defenderlo muy bien", adelanta sobre esta experiencia.

"Los cantantes tenemos la suerte de poder conocer otros artistas, otras músicas y desde chica siempre he estado abierta a hacer otras cosas", indica. En su caso, por ejemplo, esas otras cosas se traducen en su reciente participación en un festival de música sacra de Budapest, en la que cantó junto a la intérprete húngara Palya Bea o colaboraciones con la Orquesta Nacional de España y músicos como Lorin Maaze, Lord Yehudi Menuhin y Rafael Frühbeck.

Aparte de esta aventura jazzística, el resto del programa será "puro flamenco" y rescatará esos retales, esos temas, que componen los momentos más estelares de la trayectoria de una cantaora indispensable y reclamada en esta Bienal: participó en la gala inaugural junto a Miguel Poveda y le cantó al piano de David Peña Dorantes, que es, aquí, el responsable de la dirección musical del espectáculo de esta noche.

Abrirá con la Nana de los luceros,"la primera nana que canté en el Lope", confiesa, y que enamoró de tal forma a Mario Maya que la incorporó al elenco de El Amargo. La velada seguirá por soleá y bulerías, en homenaje a Fernanda y Bernarda para pasar a una repertorio de clásicos y temas de su repertorio como las cantiñas Mi cabellito, De ti y de mí -que interpretó en la Bienal del 94, momento en el que consideró que nació como artista-, la citada versión de My funny Valentine, la Baladilla de los tres ríos, sobre letra de Federico García Lorca y el himno gitano Gelem gelem, para concluir con la copla Manolito Reyes, "una bulería muy antigua" que, recuerda la artista, le escuchaba cantar a su abuela y que, con el paso del tiempo, se enteró que había sido grabada por La Niña de los Peines.

Para este espectáculo, para el que ya están las entradas agotadas, la trianera se acompañará por la guitarra de Miguel Ángel Cortés y David Carmona, el piano de Dorantes y la percusión de Paquito González.

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