Crítica 'Golpe de estado'

Fórmula explotada pero infalible

golpe de estado. Thriller, EEUU, 2015, 103 min. Dirección: : John Erick Dowdle. Guión: John Erick Dowdle y Drew Dowdle. Fotografía: Léo Hinstin. Música: Marco Beltrami y Buck Sanders Intérpretes: Owen Wilson, Pierce Brosnan, Lake Bell y Sterling Jerins. 

Ésta es la mejor película de John Erik Dowdle. Pero ojo, si se añade que sus anteriores obras fueron Quarantine, La trampa del mal o Así en la tierra como en el infierno, que ésta sea su mejor obra no quiere decir mucho. Sólo que se trata de una película convencional y entretenida que justifica el precio de la entrada que paguen los aficionados a lo que antes se llamaba acción trepidante. Un ejecutivo americano, acompañado por su mujer y su prole, llega a un país del sudeste asiático para trabajar en un proyecto que será la gota de agua que haga rebosar un golpe de estado de extrema violencia anti occidental y especialmente -como no- antiamericana. En su triple calidad de occidental, americano y trabajador en el proyecto que lo desata todo, el ejecutivo y su familia se convierten en las más deseadas presas de los golpistas, violentos hasta el extremo del sadismo.

Se impone una huida desesperada y, en principio, imposible. Entre Último tren a Katanga -título mítico donde los haya en esto de la huida de las ex colonias-, El año que vivimos peligrosamente, Los gritos del silencio o Más allá de Rangún, esta película, por mucho que quiera ponerse políticamente correcta intentando matizar la violencia asesina de los golpistas con la crítica a los desmanes de las multinacionales y a los gobiernos locales corruptos (papel reservado a un Pierce Brosnan con aire de espía escéptico de novela de Graham Greene), acaba por jugar la siempre eficaz carta del pánico y el agobio que causa ver a una familia occidental (los nuestros) perdida en una orgía de sangre revolucionaria en un país extranjero (los otros).

Basta que se hagan las cosas medio bien para que estas situaciones de peligro e indefensión blanca en tierra hostil amarilla o negra pongan el corazón en un puño. John Erik Dowdle, aquí correcto artesano, logra el mínimo cinematográfico que en estas tramas garantiza un máximo de emoción y suspense. Owen Wilson hace de ejecutivo convertido en superhéroe instantáneo y Lake Bell de sufrida esposa y madre de familia, ambos con más energía que convicción.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios