Pastel de pera con lavanda. Comedia dramática, Francia, 2015, 102 min. Dirección y guion: Éric Besnard. Fotografía: Philippe Gilbert. Música: Christophe Julian. Intérpretes: Virginie Efira, Benjamin Lavernhe, Lucie Fagedet, Léo Lorléach, Hervé Pierre, Hiam Abbass. Cines: Avenida, Cinesur Nervión Plaza.

La temible etiqueta "basada en hechos reales" busca, al final de esta película, salir al rescate de la escasez de credibilidad, el escepticismo o las numerosas licencias poéticas en el tratamiento de la relación improbable entre una guapa, viuda y esforzada madre campestre (Virginie Efira, paradigma del encanto afrancesado más correcto y remilgado) y un hombre con síndrome de Asperger (Benjamin Lavernhe), o lo que es lo mismo en clave cinéfila, una suerte de Rain Man de provincias capaz de realizar los más prodigiosos algoritmos matemáticos o penetrar en las redes informáticas más sofisticadas, al tiempo en que demuestra una hipersensibilidad por el entorno natural y la climatología, unos afectos desbordantes y una obsesión enfermiza por el orden y la catalogación de todo cuanto le rodea.

A la vista de que todo esto, al parecer, pasó realmente, sólo queda contentarse con el nivel de pudor y mesura que Éric Besnard (Mes héros, Cash) es capaz de insuflar a unos materiales, una historia y unos personajes en el límite de la excentricidad entre estampas del verano en la Provenza, conversaciones adultas y didácticas a media voz y unas cuantas escenas de cocina para cazadores de recetas. Y bueno, sólo puede decirse que, dadas las circunstancias, podía haber sido mucho peor.