Laia Costa. Actriz

"Rodamos sin esperar el éxito: era todo muy 'punk', entre colegas"

  • La barcelonesa estrena 'Victoria', con la que ganó el Lola, el Premio del Cine Alemán. La película, un largo plano secuencia, ha triunfado en varios países.

Hasta que llegó Laia Costa ninguna actriz no germana había sido galardonada con el Lola, el Premio del Cine Alemán. Su entregada interpretación en el extenuante plano secuencia de Victoria, de Sebastian Schipper, ha ligado el nombre de esta barcelonesa, vista hasta ahora en series como Pulseras rojas o Bandolera, a la historia de esta distinción. Tras una larga trayectoria internacional, la peripecia de una chica española que vive una extrema noche berlinesa junto a unos jóvenes marginales se puede ver desde hoy en España. Una película intensa que, como asegura su protagonista, se dirige no tanto al corazón del espectador como al sistema nervioso.

-Al comienzo de la película, su personaje intenta invitar a un camarero a un chupito, y ahí ya se intuye la soledad de esa mujer en Berlín. ¿Construyó a partir de ahí su personaje?

-Sí. En esa primera escena ya se da mucha información, en realidad. Durante todo el proceso trabajamos mucho el background, el pasado de los personajes, que es algo que en la película no se ve y tampoco se explica. Puedes intuirlo en escenas como la del piano, en la que ella, sin querer, porque está herida y no quiere mostrarlo, se muestra. Esa soledad va más allá de los tres últimos meses en Berlín, ella la ha vivido toda su vida. Ha estado 17 años tocando el piano ocho horas al día, y si ves un documental sobre niños pianistas te das cuenta de que tienen unas vidas muy complicadas, y se forjan unos caracteres muy complejos, porque realmente se pierden la infancia, la adolescencia, la juventud en favor de ese sueño.

-Y Victoria viene de ahí.

-De un sitio que le ha provocado una herida muy profunda. Es lo que hace que ella tome todas las decisiones que toma esa noche. Cuando ella ve a estos chicos y la lealtad que se tienen, que no sólo son amigos, sino que cuando uno de ellos debe hacer algo malo los otros van a estar con él porque son sus amigos, ella se siente atraída. Con ellos se siente más viva que nunca, porque, en cierto modo, tal vez hasta entonces no ha sido joven.

-Las aspiraciones de ella no se han cumplido, pero sus compañeros de viaje ni siquiera se han permitido soñar.

-Estos chicos se han criado en la calle, en los suburbios de Berlín, y seguramente entre ellos forman su familia porque no tienen una. La realidad social se cuela en la película porque Victoria es contemporánea, habla de lo que ocurre hoy, refleja la realidad. Mi personaje trabaja en un café, y en un momento dice lo que cobra por hora, una miseria, que es lo que cobra mucha gente en un café en Berlín. La juventud de hoy está desencantada: antes, si cumplías las normas, te iba bien, pero ya no. Y eso se percibe en los protagonistas.

-Su personaje en la película no habla alemán [se comunica en inglés], pero usted interpretó en ese idioma la obra de teatro Atraco, paliza y muerte en Agbanäspach.

-Lo gracioso es que yo no hablo alemán, me aprendí esa función de memoria.

-Eso es algo que sorprende mucho a quienes no se dedican a la interpretación.

-Bueno, el mes que duraron los ensayos me empollaba el texto cada mañana, tenía a un dramaturgo que me lo leía y yo luego me dormía oyéndolo, además eran monólogos larguísimos. Me lo aprendí todo fonéticamente, y después, cuando tenía eso, fuimos frase a frase buscando el significado. Era una obra muy filosófica, y cuando rodé Victoria en Berlín podía decir frases muy existencialistas que recordaba... pero no sabía decir qué hora es en alemán. La gente alucinaba con eso.

-Ante un proyecto como Victoria, que no tenía un guión desarrollado, tenía que trabajar mucho la intuición. ¿Es la herramienta a la que da prioridad como actriz?

-Yo me guío mucho por la intuición, pero hay que trabajar mucho para llevar al personaje al sitio correcto. Es como los músicos que hacen jam sessions: ellos improvisan desde el instinto, pero se pasan muchas horas tocando nota a nota y haciendo mil ejercicios para sentirse luego libres.

-El filme no sólo ha gustado en Alemania. En Francia y en Estados Unidos ha funcionado muy bien.

-Cuando rodábamos nadie se esperaba nada, era todo muy punk y muy entre colegas, y al principio esa reacción desconcertó un poco. Está gustando mucho, sí, pero a mí me importa más lo que pase aquí, en España, que lo que pase fuera.

-Estrenará próximamente Palmeras en la nieve, adaptación de la novela de Luz Gabás.

-Es un personaje pequeño pero bonito, porque abre y cierra la película. El peso de la película no está en mi personaje.

-No como ocurre en Victoria.

-No, nada que ver, nada que ver [risas].

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