El director británico Francis Lee, que concursa en la Sección Oficial del SEFF con Tierra de Dios, asegura que se toma como "un halago" que comparen su primer filme con Brokeback Mountain, de Ang Lee. "Sólo vi Brokeback Mountain una vez y me encantó, es una película bellísima, y esas comparaciones me las tomo como un piropo increíble", dijo el director sobre su obra, que obtuvo el premio a la mejor dirección en la sección World Cinema de Sundance y a la mejor película en Edimburgo. No obstante, precisó que se trata de "películas muy diferentes", porque en la de Ang Lee los protagonistas "no pueden estar juntos por la sociedad, y se casan con mujeres", algo que no ocurre en su filme.

El protagonista de Tierra de Dios es un joven que se da al alcohol y a las relaciones esporádicas y más o menos mecánicas hasta que un joven inmigrante rumano llega a la granja en la que él trabaja, lo que cambiará las cosas. Lee explicó que su película, "muy personal, pero no autobiográfica", surgió de su necesidad de "dilucidar qué es enamorarse, ser vulnerable y abrirse al amor", tema que explora con poco diálogo porque quería "contar una historia de forma física más que verbalizada".

Con la idea de "mostrar los sentimientos de verdad" y tras haber previsto en el guión "cada gesto y cada mirada", Lee comenzó a trabajar y ensayar con los dos actores principales tres meses antes de iniciar el rodaje. También procuró que aprendieran las labores propias de una granja, desde levantar un muro de piedra a ayudar a parir a una cordera, cosa que los actores harán con sus propias manos. Con esas tareas dejó que los actores se cansaran, padecieran agujetas, se empaparan de agua y sintieran frío, "algo que le venía muy bien a su interpretación", dice el director, que filmó en una embarrada granja de Yorkshire.