Crítica 'El nombre del bambino'

Versión italiana de un éxito francés

el nombre del bambino. Comedia, Italia, 2015, 94 min. Dirección: Francesca Archibugi. Guión: Francesca Archibugi y Francesco Piccolo (basado en la obra original de Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière). Fotógrafía: Fabio Cianchetti. Intérpretes: Micaela Ramazzotti, Valeria Golino, Alessandro Gassman, Luigi Lo Cascio, Rocco Papaleo.

En 2010 se estrenó en el teatro parisino Édouard VII la comedia Le prénom (El nombre), una típica comedia de bulevar. Gran éxito. Tanto que en 2012 sus propios autores, Alexandre de la Patellière y Mathieu Delaporte, la llevaron al cine. Gran éxito. Tanto que sólo tres años más tarde la directora italiana Francesca Archibugi la lleva a la pantalla adaptándola a la realidad italiana. Gran éxito en Italia. ¿Supondrá esto una secuela española en la que al niño le pongan Francisco, otra alemana en la que se llame Adolfo, u otra belga en la que lo bauticen como Leopoldo? Porque la comedia francesa trataba de la bronca familiar que se lía tras la decisión de ponerle al futuro bebé el nombre de Adolfo (por Hitler: cautos que son los franceses, la discusión podría girar en torno a nombres como Philippe, por Petain, o Jean Marie, por Le Pen, que cada cual cargue con sus fachas). En la versión italiana no se andan por las ramas y el nombre que origina el conflicto es, naturalmente, Benito. No le cargan el dictador, como los franceses, a los alemanes.

Está a años luz de las grandes comedias italianas, cuando Italia imponía sus modelos o le tomaba el pelo con genio a éxitos franceses. Recuérdese la extraordinaria Rufufú (I soliti ignoti) que parodiaba la famosa Rififí de Dassin y que a su vez inspiró la estupenda Atraco a las tres española. Entonces Europa era capaz de crear parodiando o adaptando. Ahora se limita a rehacer sin añadir valores nuevos. Si acaso la interpretación, que en esta versión italiana es más brillante que la francesa. Francesca Archibugi es una veterana artesana del cine italiano que da buen ritmo verbal a la historia y para ello dirige con acierto a sus muy buenos intérpretes. Película de diálogos y de actores -estupendos Micaela Ramazzotti, Valeria Golino y Alessandro Gassman- que se deja ver con una amable sonrisa de complicidad que no esconde contrapuntos de amargura. Lástima del horrendo título español que italianiza tontamente el original Il nome del figlio (El nombre del hijo). Bambino aquí, señores míos, es Miguel Vargas Jiménez, el de Utrera.

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