El páramo | Estreno en Netflix

La bestia interior

Inma Cuesta y el niño Asier Flores en una imagen de 'El páramo'.

Inma Cuesta y el niño Asier Flores en una imagen de 'El páramo'.

Nuevo producto nacional para el mercado global de Netflix, El páramo, The beast en su título internacional, viene a poner una pequeña nota ibérica al cine de fórmula genérica, aquí a propósito de los fantasmas interiores que acosan a una familia aislada en mitad del yermo castellano en plena época de guerras (¿?) en la España del XIX.

Unos esclerotizados Inma Cuesta y Roberto Álamo y el niño Asier Flores son los únicos protagonistas de esta lucha contra los demonios de la mente torturada y la incipiente locura que el debutante Casademunt, curtido en el vídeo-clip y el documental musical, estira desde su propio corto previo hasta la náusea sin que el guion escrito por él mismo junto a Lucas y Menchón le ofrezca muchos mimbres para salir de su propio atolladero psicológico-terrorífico, marco para demostrar habilidades rutinarias de golpes de efecto y puesta en escena, planos cenitales incluidos, sin salir apenas del caserón en mitad de la llanura que funciona como caja de resonancia no tanto del contexto histórico como de los numerosos clichés asociados al encierro, el trastorno y la descomposición paulatina del núcleo familiar.

A veces apresurada en su manejo del paso del tiempo, casi siempre insuficiente en la creación de cierta atmósfera de tensión, con demasiadas licencias contemporáneas en la relación madre-hijo y muy económica en su concepto escenográfico, El páramo viene a ejemplificar el impersonal modelo de exportación que nos propone habitualmente la plataforma entre ocasionales estrenos de autor.