Crítica 'Cazafantasmas'

Un regreso innecesario

cazafantasmas. Fantástico-comedia, EEUU, 2016, 117 min. Dirección: Paul Feig. Guión: Katie Dippold, Paul Feig. Intérpretes: Melissa McCarthy, Kristen Wiig, Leslie Jones, Kate McKinnon, Cecily Strong, Chris Hemsworth.

Cuando Ivan Reitman rodó Cazafantasmas en 1984 hacía casi una década que disfrutábamos del cine fantástico, de aventuras, de terror o de ciencia-ficción como niños con zapatos nuevos. Compréndanlo, veníamos de los duros años del compromiso y las películas con mensaje en los que quienes amábamos también las películas populares -sobre todo los espagueti-western y los Bond en cines de barrio o de verano- éramos mirados por encima del hombro por los amigos cinéfilos. A partir de Tiburón dejó de estar mal visto ir al cine a divertirse con historias poco realistas y nada comprometidas. Tras ella vinieron otras películas frívolas, espectaculares, divertidas -sin que dejaran de acompañarlas grandes obras atormentadas: también fueron los años de La conversación, Taxi Driver, Apocalypse Now o El cazador- que permitían comerse a bocados todo lo que el cine y las series de televisión habían hecho a lo largo de su historia. Los Cazafantasmas de Reitman se integraron así -en paralelo a las galaxias de Lucas o el Indiana Jones de Spielberg- en la alegre riada de películas menores junto a las de Carpenter, Landis, Dante, Zemeckis o Raimi.

Hoy el regreso de Cazafantasmas nos coge, la verdad, un poco cansados. La situación es desde hace demasiado tiempo la contraria a la de los 70 y los 80. El cine comercial es mayoritariamente una piltrafa sacudida por efectos digitales, bañada en sangre o grosera, y la inteligencia parece haberse refugiado en la animación o en las cinematografías lejanas. Lo que hoy se agradece es tropezarse con una película estonia como 1944 o una china como Regreso a casa en las que sobreviva la inteligencia y la humanidad.

32 años después los fantasmas vuelven a hacer de las suyas. Como el tiempo no pasa en balde y es casi seguro (y desde luego deseable) que una mujer llegue por primera vez a la Casa Blanca sin ser Primera Dama, en las brigadas anti espíritus también imperan alternancias y cuotas por lo que el tonto macizo aquí es un hombre y la brigada cazafantasmas está formada por mujeres al mando de Melissa McCarthy, cuya filmografía parece un acta de acusación: La boda de mi mejor amiga, Si fuera fácil, Por la cara, Cuerpos especiales, Resacón 3, Espías o Es la jefa. Para sus fans, que son muchos, ella, sus colegas Kristen Wiig la de Zoolander 2 o Leslie Jones la de Y de repente tú y los efectos especiales son los atractivos de esta película. Para quienes se les atraganten la McCarthy y sus amigas como si se engolliparan con aceitunas gordales enteras, es su mayor inconveniente.

El director se integra en eso que se ha dado en llamar Nueva Comedia Americana y ha perpetrado, en connivencia con la McCarthy o la Wiig, cosas como las ya citadas Cuerpos especiales, La boda de mi mejor amiga o Espías. Hay premeditación y complicidad, por lo tanto. Como el original no pasaba de simpático, a su nueva versión tampoco hay que pedirle mucho. Con esta condición, y la más importante de encontrar graciosas a estas actrices de origen televisivo, la cosa medio funciona.

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