Denominado "el dios del manga", Osamu Tezuka (1928-89) es una figura crucial del tebeo japonés, y su bibliografía es tan extensa que sus traducciones se las reparten en España no pocas editoriales. Una de las que más ha apostado por Tezuka desde el inicio es Planeta Cómic, que presume de tener en su catálogo obras tan importantes como Adolf (reeditada en un cofre en 2013) o la extraordinaria Fénix, publicada en doce lujosos volúmenes de gran tamaño. Aparte de estas, Planeta tiene en su Biblioteca Tezuka otros títulos como Ayako, la edición en marcha de Black Jack y el tomo Antología, que recoge cuatro conocidos tebeos autoconclusivos: Metrópolis, Lost World, Next World y La isla del tesoro.

A este conjunto de perlas, se suman ahora otras dos piezas fundamentales: Astroboy y La princesa caballero. El primero es el personaje más emblemático de toda la carrera de Tezuka, un robot tierno y poderoso que figura con letras de oro en la historia de los cómics. Creado en 1952, Astroboy (Tetsuwan Atom en el original) vivió sus futuristas aventuras en la revista Shônen de la editorial Kobunsha, en un serial que duró hasta el año 1968, posteriormente recopilado en 23 tomitos, y su fama cruzó fronteras con la emisión del anime de 193 episodios- dirigido por el propio Tezuka -entre 1963 y 1966. Posteriores series de cómics (oficiales y piratas), adaptaciones a la pequeña y a la gran pantalla, videojuegos y todo tipo de merchandising han acabado por situar al personaje de Astroboy en el panteón de la cultura popular del siglo XX. Como recordaba Alfons Moliné en su librito Tezuka (Memoria y honor), el protagonista "jamás empleará sus superpoderes al servicio de potencias o gobiernos, sino que luchará por la paz en la Tierra, defendiéndola a lo largo de sus aventuras de amenazas alienígenas, de sabios locos, de robots alzados contras sus creadores y de dictadores de países ficticios. Tezuka se cuestionaría, con estas hazañas de Atom, las ventajas e inconvenientes que supondría al progresiva implantación de los robots dentro de la sociedad futura y el uso correcto que de ellos harían los humanos". En España, la serie original de Astroboy fue editada hace quince años por la desaparecida Glénat, pero llevaba ya demasiado tiempo agotada, y es una gran noticia que regrese a librerías. Lo hace en siete gruesos tomos- de mayor formato y encuadernados en pasta dura -de los que acaba de ver la luz un primero que llega a superar las 600 páginas.

La nueva edición de La princesa caballero, por su parte, recoge la fascinante historia de la princesa Zafiro, quien, por un error en el cielo, nace con el corazón de un niño y una niña al mismo tiempo. Intrigas palaciegas obligan a que Zafiro se haga pasar por príncipe, en tanto los rivales de la corona tratarán de demostrar que se trata realmente de una mujer. La importancia de este delicioso cómic serializado entre 1953 y 1956 en la revista Nakayoshi de Kodansha es capital en el desarrollo de los géneros en Japón, pues sentó las bases del shôjo: el manga dirigido principalmente a las lectoras en edad adolescente.