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Mira quién ha venido

  • La serie 'Año uno', creada por dos de las firmas esenciales del tebeo de superhéroes, narra los inicios del Superman de 'Batman: El regreso del Caballero Oscuro'

El Superman de Año Uno.

El Superman de Año Uno.

A estas alturas, ni Frank Miller ni John Romita Jr. necesitan presentación, pero, por si acaso, aquí la tienen. Miller es uno de los autores más influyentes del tebeo estadounidense contemporáneo, famoso por redefinir a Daredevil y a Batman en la década de los ochenta, y por obras visualmente tan impactantes como Sin City o 300. Romita Jr., por su parte, ha dejado una marca indeleble en personajes como Spiderman, Iron Man o el propio Daredevil, y es el dibujante de la conocida sátira Kick-Ass. Tampoco Superman necesita presentación, y, sin embargo, Superman: Año uno es el recuento de su origen, firmado por ambos, una serie limitada que toma su nombre de uno de mejores tebeos de Miller, Batman: Año uno, y que se propone narrar los inicios del Superman del enorme Batman: El regreso del Caballero Oscuro, nada menos.Me pregunto cómo habría sido este cómic de haber llegado a librerías hace veinte o veinticinco años, cuando el dúo creativo estaba en la cresta de la ola, porque conviene recordar que los méritos antes mencionados han sido temperados por la larga decadencia de los dos artistas. Miller rompió la baraja con su DK2 y, desde entonces, ha ido documentando su caída en picado con cositas como All-Star Batman y Robin, Holly Terror o el DKIII, aptas principalmente para groupies. Romita Jr. mantuvo el nivel hasta, más o menos, el primer volumen del citado Kick-Ass, y en los siguientes guisos ha ido alternando viñetas bien cocinadas con otras, digamos, crudas. Cierto es que me gustaría haber visto el Año uno de Superman en los años que firmaron juntos Daredevil: El hombre sin miedo, pero esto es lo que hay, un producto meramente entretenido. Alguna idea ingeniosa, alguna escena memorable, alguna cuestionable y la sensación de no aportar gran cosa.

Miller está aquí contenido (no sé si esto es bueno o malo) y a Romita Jr. no se le puede negar un storytelling magistral, pero tampoco el descuido en la anatomía y las expresiones de sus personajes. En resumen, una obra que se sitúa lejos de lo que cabría haber esperado en su día de estos dos genios, no de lo que cabe esperar de ellos hoy.

Hablando de Superman, y de obras de vacas sagradas, ECC ha recuperado recientemente en edición integral las tres miniseries que componen Superman y Batman: Generaciones, escritas y dibujadas por John Byrne. El grueso volumen reúne los primeros cuatro prestigios editados en 1999, los cuatro siguientes, de 2001, y los doce cómic books de la tercera y última serie, fechada entre 2003 y 2004, todos pertenecientes a la vieja línea Otros Mundos. Byrne trabaja aquí la idea de qué ocurriría si los héroes envejecieran a tiempo real y su manto fuera pasando de generación en generación. Lo que empezó como un ejercicio nostálgico, ambientado entre 1939 y 2019, tuvo tan buena acogida entre los lectores que acabó generando otras dos secuelas. En la segunda de ellas, la cronología abarca del siglo XIX al XXX, lo que permite a Byrne jugar con auténticas dinastías de los superhéroes principales de DC.

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