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Tezuka oscuro

  • El 'dios del manga' hace protagonista de 'MW' a un apuesto banquero, asesino en serie, que mantiene una tórrida relación homosexual con un cura

Los protagonistas de 'MW'.

Los protagonistas de 'MW'.

En la pequeña monografía Tezuka (Memoria y honor), Alfons Moliné explica: "Si Tezuka no fue el padre de la historieta en Japón, sí resultó ser el pionero en sentar unas bases que contribuyeron a la madurez narrativa del medio en su país, así como a potenciar y masificar la industria del tebeo -y, posteriormente, la del cine de animación-. Y es así que no resulta exagerado afirmar que todos los historietistas de Japón le deben algo, y que, sin él, las citadas industrias de los tebeos y la animación japonesas difícilmente habrían alcanzado el liderazgo mundial a nivel cuantitativo, del que aún disfrutan en el presente".

Conviene saber que esta importancia capital de Osamu Tezuka, también conocido como el dios del manga, en el desarrollo del cómic japonés y el anime, no es sólo formal, sino también temática, y es que el autor de Fénix trabajó en una amplísima multitud de géneros y para todos los sectores de edad del mercado.

Cito ahora a Marc Bernabé, quien escribe en un prólogo al volumen MW, recuperado recientemente por Planeta dentro de su Biblioteca Tezuka (en tapa dura y con el sentido oriental de lectura, un tratamiento del que ya disfrutan otras joyas como Astroboy, Jack Black o La princesa caballero): "Los años 70 fueron una de las épocas más prolíficas para Tezuka, así como la época en la que tocó los temas más oscuros y siniestros, quizá debido al éxito obtenido por su obra Vampire (1966-67), con la que rompió con todo lo que había hecho hasta el momento y creó una historia protagonizado por un personaje de lo más malvado. (...) Una de las obras en la que mejor se condensa este Tezuka oscuro es MW (pronunciado mu), publicada originalmente en la revista Big Comic entre el 10 de septiembre de 1976 y el 25 de enero de 1978".

El protagonista es un joven y apuesto banquero, asesino en serie para más señas, que mantiene una tórrida relación homosexual con un cura y al que le gusta disfrazarse de mujer. De niño, fue expuesto a un gas letal llamado MW, desarrollado en secreto para matar gente de Vietnam y de Laos, lo que seguramente le causó daños cerebrales y eliminó de su corazón todo rastro de bondad, compasión y escrúpulos, y la trama incluye todo tipo de atrocidades.

De nuevo en palabras de Bernabé: "En MW, Tezuka aborda temas candentes de la época, como la homosexualidad (en una época en la que, al menos en Japón, era un tema tabú), la corrupción política, la colocación de bombas por parte de radicales de nueva izquierda, los envenenamientos de refrescos o chocolates, etc. En medio de todo esto, además, se desarrolla una complicada trama política de corrupción y encubrimientos que, vistas las similitudes entre los nombres de los personajes y organizaciones reales y los aparecidos en la obra, es una demoledora crítica al escándalo descubierto en 1974, en el que el entonces primer ministro japonés, Kakuei Tanaka (que contaba con el apoyo de un grupo llamado Etsuzankai) aceptó un soborno de 1,8 millones de dólares de la empresa de armamento norteamericana Lockheed".

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