Cómics

Una vida desgraciada

  • El mangaka Suehiro Maruo regresa a las librerías para narrarnos la intensa historia protagonizada por la joven e inocente Midori

Portada del cómic.

Portada del cómic.

Pero no esperéis aquí un drama que se ajuste a los cánones narrativos habituales. Todos los que admirados la obra de Maruo sabemos que, en sus manos, el argumento más inocente se retuerce, mostrándonos ese “otro mundo”, el que solo podemos atisbar por el rabillo del ojo, en el que seres degenerados conviven entre el resto de la humanidad.

Es el caso de este relato, Midori, la niña de las camelias que, enmarcado dentro del subgénero eroguro, nos presenta a esta chiquilla que, de golpe y porrazo, queda huérfana, sola en la vida y es acogida bajo la carpa de un siniestro circo conde sus habitantes forman parte de eso que podríamos definir como freaks o fenómenos.

Justo desde el principio de su convivencia, Midori, debido a su belleza y frágil inocencia, va a ser sometida a todos los abusos imaginables por parte del elenco de miembros del espectáculo. El deforme Muchisute; Benietsu, la mujer serpiente; El Pepino de mar, o lo que quedó de un hombre sin brazos ni piernas y, por supuesto, el propietario del show, Koijirô Asashi…

Solo con abrir los ojos cada mañana, se iniciará la tortura diaria de la niña, sometida a vejaciones que harán que roce la locura, inmersa en una pesadilla de violencia y odio.

Pero, como si el sol se mostrara entre las nubes tormentosas, en la vida de la protagonista surge la misteriosa figura de Masamitsu Wonder, un pequeño hombre con grandes poderes que, desde el momento en el que recale en el circo como nueva, y sorprendente atracción, se va a convertir en su defensor.

Todos pagarán por las torturas a las que han sometido a Midori, de las maneras las alucinantes, ya que el achaparrado Misamitsu no es solo capaz de introducir su rechoncho cuerpo dentro de una botella de cristal, sino que puede convertir la vida de sus semejantes en auténticas pesadillas, pobladas por el dolor más absoluto.

Suehiro Maruo nos presenta, como si de un director de escena se tratara, esta pequeña obra, que hace un homenaje al kamishibai, el teatro ambulante que se trasladaba de una población a otra de Japón, mostrando la mayoría de las veces relatos tristes, dramáticos, como el que plasma en las páginas de este manga.

El autor nos vuelve a regalar unas ilustraciones hipnóticas, bellas, en las que se mezcla con sabiduría el horror más absoluto, extraído de las pesadillas de un demente, con la poesía visual, en la que los ojos de la inocente Midori verán lo inimaginable, en un viaje a lo más profundo de la depravación y el horror, donde la felicidad ya no tiene cabida.

Si vuestro paladar manga os pide otro tipo de lecturas, sumergíos en el personal universo de Suehiro Maruo (La extraña historia de la isla panorama; El infierno de Tomino; Infierno embotellado; Paranoia Star…), autor nipón del que podéis encontrar varias obras en el catálogo de la editorial ECC.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios