Escultura gastronómica

Comer en la mano

  • La empresa sevillana Mai3D pone en marcha un original servicio que permite a los restaurantes tener una vajilla a base de esculturas especialmente diseñadas para ellos con técnicas de impresión 3D

Una mano convertida en plato para una ensalada

Una mano convertida en plato para una ensalada / Cedida por Mai3D

El ingeniero técnico mecánico Manu Acosta se considera un alfarero del siglo XXI. Un botijero de los de antaño teletransportado a la actualidad con una clara misión: exprimir al máximo las posibilidades de la impresión 3D y aplicarlas a la hostelería. Pero no a la creación de alimentos. Él prefiere entregar su inventiva a toda la ornamentación que acompaña a la hostelería. “Podíamos decir que soy un artesano al que se le ha ido la cabeza para dejar crear a una máquina un menaje exclusivo, una imagen llevada al plato o una locura hecha un bol”.

Así es el Avenate del Botijero, el proyecto de Acosta, pionero en la introducción de soportes y ornamentación exclusiva y personalizada para bares, restaurantes y cáterings de Sevilla y provincia. El emprendedor, que tiene entre sus clientes al restaurante de tapas Ropavieja y el cátering Tu Otra Cocina, cuenta en su haber con piezas tan originales como nidos en los que se introducen postres de chocolate, manos que agarran un cucurucho o que hacen las veces de cuenco, bandejas en forma de calamar o servilleteros grabados con láser. “Es algo que es totalmente novedoso no solo para el sector de la hostelería en Sevilla, sino en toda España. La impresión 3D es el futuro, también aplicada a bares y restaurantes donde tanto se premia la innovación. Se pueden fabricar productos irrepetibles que den mucha personalidad a un plato y de una manera sencilla y barata”

Material biodegradable

Manu Acosta descubrió la impresión 3D hace cinco años pero no ha sido hasta este último cuando ha decidido dedicarse de lleno a ella. El ingeniero fabrica sus piezas de menaje y ornamentación para hostelería con una impresora Prusa, líder en su sector, y utiliza para ellas un material biodegradable, no contaminante y apto para entrar en contacto con la alimentación que recibe el nombre de PLA. Previo al proceso de impresión, Manu realiza el diseño de la pieza en sí que le puede llevar unas diez horas. “Y en unas 24 horas la sacas gracias a la impresora, es un proceso rápido que no necesita de moldes, ni cocción”

Junto a piezas para menaje y ornamentación en hostelería, el Avenate del Botijero de Manu Acosta también elabora moldes para repostería y toppers para tartas. El precio de cada producto depende de sus dimensiones y tiempo de elaboración. Tienen una web donde se pueden ver sus obras.

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